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Ruth Arias
Jueves, 27 de noviembre 2014, 04:26
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Los niveles de contaminación en el aire son una prueba más de que la reconversión industrial en las comarcas mineras no ha dado sus frutos. Gracias a los fondos mineros se instalaron en los valles del Caudal y del Nalón un importante número de empresas «limpias», desde fabricantes de paneles solares a industrias químicas y farmacéuticas, pasando por otras de nuevas tecnologías.
De la mayoría de ellas, hoy solo quedan las naves vacías, mientras que otras plantas más antiguas, y ligadas al carbón, como las térmicas de Lada,La Pereda o incluso la de Soto de Ribera siguen quemando carbón a pleno rendimiento. «Las industrias limpias que se instalaron aquí han fracasado», lamenta Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias.
Así, hace un balance «triste» de lo que ha supuesto una reconversión que no ha logrado su objetivo. Los ansiados puestos de trabajo han desaparecido y, en cambio, en las Cuencas se sigue quemando carbón, en muchos casos de importación al tiempo que se cierran los pozos. «Aquí ha quedado solo lo sucio», denuncia Pontigo, quien observa cómo las empresas que iban a generar «valor añadido y riqueza» se han evaporado. «Ha habido muy poca mejora industrial», constata. El fracaso del cambio de modelo económico no solo afecta al empleo, sino también al medio ambiente y a la calidad de vida de la comarca.
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