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J. M. F., ayer, durante su trabajo en el juzgado.
El vigilante del juzgado de Langreo, vigilado

El vigilante del juzgado de Langreo, vigilado

La Policía acude a diario a comprobar si porta una pulsera electrónica que le impone una orden de alejamiento de su esposa

MARTA VARELA

Jueves, 14 de junio 2018, 11:05

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La Policía acude a diario a los juzgados de la calle Dorado de Langreo, una situación que bien podría calificarse de normal, aunque su tarea es, cuando menos, «extraña», en el caso que nos ocupa. Y es que, entre sus cometidos, figura el de comprobar que el auxiliar de seguridad que trabaja en dicha sede judicial lleva cada mañana colocado el dispositivo obligatorio (pulsera electrónica) que le impone una orden de alejamiento de su esposa. La escasa cobertura en las instalaciones judiciales obliga a que la verificación se haga en persona.

Una situación legal, pero que no admite la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa). De hecho, sus representantes exigieron ayer la destitución del agente, que responde a las iniciales J. M. F. M., alegando que el pasado mes de agosto apuñaló, presuntamente, a su esposa (también vigilante), hasta en cinco ocasiones con un destornillador de estrella, cuando ambos trabajaban en la Ciudad de Vacaciones de Perlora.

La asociación relató a EL COMERCIO que, tras los hechos y «ser reducido por otro compañero», fue detenido por la Guardia Civil de Carreño. Una vez llevado hasta el juez, se decretó su ingreso en la prisión de Villabona, dondepermaneció durante dos meses, acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa.

En la actualidad está imputado, a la espera de juicio, y -aseguran desde Avispa- sobre él pesa «una orden de alejamiento de su mujer ante el peligro de que los hechos pudiesen repetirse».

Críticas de Avispa

La Asociación, ante la gravedad de los hechos acontecidos en agosto, considera que es inconcebible que «haya vuelto a trabajar» y menos en «unos juzgados», Avispa pidió ayer que su empresa le suspendiera de empleo y sueldo, hasta la celebración de la vista del juicio. Finalmente, anoche, llegó la noticia, su empresa decidió concederle un permiso indefinido,

Sus propios compañeros de profesión entendían que «no es el profesional adecuado para desempeñar sus funciones en un establecimiento público», calificando de «inconcebible que la dirección de la empresa para la que ambos trabajaban -Alcor Seguridad- no haya emitido ningún informe sobre el incidente ni abierto tampoco ningún expediente». Avispa reclama también que se rescinda el contrato de seguridad de la citada compañía.

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