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El regidor langreano, ante la vivienda de Barros junto a un policía y un concejal.
Las tres hermanas desahuciadas en Barros se niegan a volver a su casa

Las tres hermanas desahuciadas en Barros se niegan a volver a su casa

El alcalde visitó la vivienda y recepcionó la obra al considerar que la remodelación, a instancias de un fallo judicial, es correcta

Marta Varela

Viernes, 28 de agosto 2015, 00:37

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Se ha cumplido la sentencia judicial y la obra para suprimir una alto de la casa de las tres hermanas de Barros está terminada y recepcionada por el Ayuntamiento. Sin embargo, ellas no se presentaron a mediodía de ayer a recoger las llaves de su vivienda ya que están en desacuerdo con el resultado final de los trabajos.

Manuela, Ana y Herminia Sebastiao Batista, desahuciadas de forma temporal por el Ayuntamiento el pasado 25 de mayo reclaman que, al menos, «pinten la fachada central porque nos la mancharon entera, que instalen un escalón a la entrada de una de las habitaciones y que cambien la puerta de la parte que no ha estado en obras». Si no, no regresarán a su hogar.

Sin embargo, no parece que esas peticiones vayan a ser aceptadas por el Consistorio, que ayer recepcionó las obras argumentado que «la actuación ha sido correcta». «Se ha hecho más de lo que se habló en primer momento», añadieron en el equipo de gobierno.

A ese acto de recepción de la vivienda acudió el arquitecto municipal, el alcalde, Jesús Sánchez; el concejal de Obras, Elías López; y el edil de Servicios Sociales, Antonio Giganto. Todos ellos realizaron un recorrido por la vivienda. «Respetando lo que marcaba la sentencia, que era que se debía bajar la altura, se ha habilitado un baño con una amplia ducha, dos habitaciones y un espacio diáfano a la entrada del primer piso», relataron.

Mientras, estuvieron esperando a las tres hermanas personal de los servicios municipales para colocar los muebles y enseres donde les indicasen. Pero ninguna acudió a la cita.

Así las cosas, el alcalde entregó a la Policía Local las llaves de la vivienda. Dos agentes se personaron en el hotel donde se alojan estas hermanas, quienes mantuvieron su negativa a recoger las llaves.

Manuela, Ana y Herminia deberían abandonar hoy el hotel en el que fueron alojadas mientras duraban las obras. Tampoco podrán acudir a comer y cenar al centro al que iban desde el pasado 25 de mayo. «No sabemos lo que vamos hacer, no cumplieron con lo que nos prometieron y la casa tiene algunas deficiencias. Y tienen que resolverlas», sostienen las tres hermanas.

El Ayuntamiento se vio obligado, por sentencia judicial, a rebajar una altura de la casa, una obra para la que había dado licencia de forma errónea.

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