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María, junto a su madre, Nivia, y su hija Anne.
El café Palau reabre este mes de la mano de la familia que lo fundó en 1932

El café Palau reabre este mes de la mano de la familia que lo fundó en 1932

La bisnieta de su creador toma las riendas tras 25 años de gestión externa del local que fue emblema del ocio en Mieres

M. GANCEDO

Domingo, 21 de agosto 2016, 01:42

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María González Palau, bisnieta de Joaquín Palau, quien fundara el emblemático café mierense en 1932 que lleva de nombre su apellido, tomará las riendas del local junto a su marido, Iñaki Fernández, tras más de veinticinco años de gerencia externa. «El inmueble estaba deteriorado, así que lo hemos recuperado para devolverle su esencia», explica González Palau.

«Le hemos devuelto sus colores característicos, el azul de ultramar y el blanco de cubierta», detalla. Y es que este emblemático local de la villa está, desde 1972, decorado con los restos de un clíper del siglo XIX. «Los farolillos, la madera o las puertas pertenecían a los camarotes. Fue idea de Chus Quirós», recuerda. Una decoración que, a pesar de no ser la original de los años treinta, forma parte de «la estética de la casa».

Mucho antes de convertirse en un buque de vela este lugar ya era el centro del ocio de la villa. Desde su fundación fue sede de las tertulias de los jóvenes de las familias bien de la época y en la peluquería familiar iban a peinarse las señoras de la más alta alcurnia. Y era allí donde se situaba la taquilla para compraban las entradas del guateque; el Palau fue muy famoso debido a a su gran salón de baile con ambigú.

«Marcó una época. En este local han sucedido y contado muy buenas historias», explica María. Ella no conoció ni el baile ni la peluquería que regentaba su bisabuela Olvido, pero recuerda con nostalgia el olor a madera del establecimiento, las chaquetas blancas de los camareros, la gente charlando animadamente en las mesas, oír hablar de las tapas de coyotes -calamares- y las bolsas de patatas de la patatería. «Volver a Mieres me trae muy buenos recuerdos de mi infancia y de los que ya no están», reconoce esta gijonesa.

Y eso es precisamente lo que quiere recuperar: el ambiente de una época pasada aunque «adecuándonos a los nuevos tiempos». «Habrá wifi y será un lugar al que venir a tomar una caña o un café bien hecho». De hecho, dice que mucha gente se ha parado frente al establecimiento, ahora en obras, para pedirles que no cambien el café «porque es el mejor». Y sí, no cambiará ni el café, ni la plantilla. «Es un orgullo seguir contando con ellos», defiende María sobre los tres empleados.

Con pinchos

Como novedad, «habrá buenos pinchos», dice la nieta de 'Pipi', quien asegura estar muy ilusionada con el nuevo proyecto.

«Es una apuesta por la cuenca minera. Es un riego pero tenemos muchas ganas. Además si a los Palau les fue siempre bien a nosotros también», dice la heredera de este establecimiento, que reabrirá sus puertas el día 26 de este mes a partir de las siete de la tarde después de tres meses cerrado.

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