La residencia del Montepío «cierra el mejor año desde su apertura» al tener beneficios

El Montepío de la Minería reivindica el geriátrico de Felechosa, en Aller, como uno de los grandes proyectos de reactivación de las cuencas mineras. Se trata de un complejo que abrió sus puertas en 2012 -tras una inversión superior a los treinta millones de euros- y que se encuentra, inciden en la entidad, consolidado como motor de dinamización económica y social de esta zona del concejo. «Éste ha sido el mejor año de la residencia desde su apertura», destacaba ayer el presidente de la entidad, Juan José González Pulgar. Y es que fue él quien apostó por devolver al centro un «compromiso con la sociedad», lo que ha hecho que se haya pasado de 639.000 euros de pérdidas en 2014 a un beneficio neto de 35.000 euros. En la mutualidad se señala que es una cantidad «pequeña económicamente, pero muy importante para la labor que se realiza en la mejora de su gestión». En 2015 el resultado fue negativo, de 180.000 euros.

El Montepío acaba de cerrar las cuentas del centro de Felechosa referentes al último ejercicio, el de 2016. El número medio de residentes ha sido de 153 con un pico máximo registrado en junio, cuando se llegó hasta los 199. Esto se debe, explican en el Montepío, a la cualidad «flexible» de la instalación ya que, además de plazas convencionales, se ofrecen otras por días orientadas al descanso de las familias. Los ingresos brutos ascienden a un total de 2.552.362, lo que supone un incremento del 37% respecto al ejercicio de 2015. En la actualidad, el número de residentes se sitúa en 170 y se da empleo directo a ochenta personas.

En el Montepío se destaca que parte de la obtención de estos buenos resultados económicos se debe al avance en la segmentación realizada en el servicio a los mayores y en diversificar la actividad de la residencia hasta convertirla en un centro sanitario. Por un lado, está la parte residencial. Y, por otro, se han puesto en funcionamiento otras unidades de atención clínica que están homologadas por el Principado. La última que se ha estrenado es la de atención a pacientes que sufren alzhéimer y otras demencias; un servicio en el que se han tenido en cuenta las aportaciones de colectivos de afectados por esta enfermedad. «Son las familias las que mejor conocen sus necesidades», se apunta en la entidad.

Nuevas atenciones

Esta última incorporación se suma a los servicios específicos creados recientemente, como son los destinados a personas con discapacidad, que no tienen que ser necesariamente geriátricas, además de la unidad de convalecencia y rehabilitación, con la que se quieren aprovechar todos los recursos que ofrece el geriátrico para este tipo de clientes, como el spa y la plantilla de fisioterapeutas. El Montepío, de hecho, espera potenciar este recurso con convenios con el sistema público de salud y con seguros privados.

Por otro lado, se quiere impulsar la función social que realiza el geriátrico en la zona del Alto Aller. En este punto, se destaca el programa intergeneracional que desarrolla el centro con la incorporación de las personas mayores como transmisores de valores y conocimientos esenciales para las nuevas generaciones. Se dirige a crear espacios y estrategias de encuentro y convivencia entre generaciones y, de este modo, «contribuir al acercamiento, respeto y dignificación de las diferentes etapas de la vida». Este programa recibió el premio Supercuidadores 2016, elegido de entre 170 candidaturas.

La entidad destaca la apertura de sus recursos a todo tipo de clientes y usuarios. Entre ellos, los cursillos de natación para escolares y las ofertas de ocio para esquiadores de las estaciones de esquí Fuentes de Invierno y San Isidro. Son elementos del desarrollo del Plan Social y Solidario, como un invernadero y una zona de huertos.

En la senda del beneficio

Pulgar adelantó que el actual ejercicio cerrará con todas las empresas del Montepío sin números rojos. El resto de complejos de ocio registra buenos resultados «tras una muy buena campaña de verano con muchos usuarios».

Toda esta recuperación llega tras la polémica que afecta a la propia entidad, que se quiere distanciar de quienes fueron sus anteriores gestores -en referencia al anterior presidente, José Antonio Postigo- a quien se le relaciona con el presunto enriquecimiento ilícito de su amigo y exresponsable del sindicato SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa.

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