Los 'detectives' del Monsacro

¿Qué secretos esconde todavía el Monsacro? «Muchos», asegura la investigadora e historiadora Natividad Torres. Uno de los principales es si hubo y, en ese caso, cómo fue el primer asentamiento en este monte de Morcín. Un monte, el de Monsacro, que es el origen de los topónimos y de las capillas que se encuentran en la cima.

Para profundizar en el esclarecimiento de las muchas cuestiones de las que poco o nada se sabe se inició ayer, en la biblioteca de Santa Eulalia, un taller de investigación histórica que ha comenzado con una docena de participantes. La actividad está dirigida por la propia Torres y coordinada por la bibliotecaria Noelia Pereira.

Los trabajos de estudio parten, indica Torres, de un antiguo documento medieval del año 1158. «En el texto se detalla la donación, por parte de Fernando II con intermediación de su hermana Urraca de varias fincas a un 'fráter', que se llamaba Rodericus Sebastianis. «Y nosotros, en el taller, hemos iniciado la búsqueda de este personaje». Se trata de un documento «importantísimo» ya que contiene una «detallada relación de los cotos de los terrenos para que fueran aprovechados, quizá, por una orden religiosa que se asentó en la zona».

El documento en cuestión se encuentra en el archivo del monasterio de Las Pelayas y sirvió también a la historiadora para escribir su libro sobre el Monsacro. «Éste va a ser nuestro punto de partida, pero no sabemos hasta dónde vamos a llegar», reconoce. En el primer encuentro, los miembros del taller contaron, además, con la presencia de Alejandro Zuazua, quien ha realizado un «notable trabajo sobre los topónimos de la zona», indicó Torres.

Trabajo de campo

¿Cómo se va a desarrollar la investigación? «En primer lugar analizaremos documentos y leeremos mucho sobre el Monsacro. En este trabajo son importantes los escritos, pero también hay que llevar cierta actitud detectivesca, dejarse llevar por el instinto». Para Torres la investigación es como «un camino» que se va bifurcando y del que «se desconoce el destino final». Por eso, insiste -y así lo trasladó a los participantes del taller- «en que se dejen llevar por sus instintos».

Además de estudios, también habrá trabajo de campo para «verificar» las hipótesis que se vayan planteando; para ello habrá que recorrer archivos históricos, «ir a la fuente».

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