Un argayo de grandes dimensiones cae sobre un pueblo de Lena y arrasa cuatro casas
Las viviendas afectadas del núcleo de La Cortina se encontraban en ese momento desocupadas, por lo que no hubo víctimas
ALEJANDRO FUENTE
LA CORTINA (LENA).
Miércoles, 27 de junio 2018, 00:12
Otra vez se vive en Asturias el colapso de una montaña cuando en la memoria todavía se encuentra el argayo de Anzó, en Sobrescobio. Ayer por la mañana, pasadas las once y media, una enorme mole de roca se desprendió de una ladera arrasando con todo lo que encontró en su camino. Sucedió en el núcleo de La Cortina, enclavado en el valle de Zureda, en Lena. El argayo de inmensas dimensiones -una de las piedras tiene un altura equivalente a un edificio de dos pisos- causó un gran estruendo, según los testigos presenciales, y barrió de un plumazo dos casas de las que no quedaba resto alguno de su existencia previa. Una tercera edificación, un establecimiento turístico que se encontraba vacío, registró grandes desperfectos y una cuarta vivienda, ubicada más dentro del pueblo, ha quedado prácticamente en la ruina. Dos cuadras también han sufrido importantes desperfectos. No obstante, no hubo daños personales a pesar de la gravedad de lo sucedido.
El desprendimiento generó la alarma entre los pocos vecinos que en ese momento había en pueblo. Y es que se trata de un núcleo en el que solo viven cuatro familias de forma continuada. Al principio, no se sabía si había víctimas bajo la mole de piedra, cuestión que se despejó por la tarde tras la llegada de los perros de rescate. El consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez, acudió hasta el lugar para conocer de primera mano lo sucedido. Allí, indicó que el primer aviso llegó poco antes de las doce del mediodía y que se procedió a activar apoco antes de la una de la tarde el Plan Territorial del Principado de Asturias (PLATERPA), debido a la gravedad del desprendimiento. En un primer momento -por precaución y debido a la falta de datos sobre la estabilidad del terreno- se procedió a desalojar la población cuyos accesos habían sido cortados. Los vecinos que estaban en el pueblo siguieron toda la actuación de los servicios de Emergencias tras la banda del cordón de seguridad. El dispositivo se desactivó a las 18.21 horas.
Sin nuevos riesgos
Tras un análisis de un equipo de geólogos del Principado, los bomberos reunieron a los vecinos y a la alcaldesa, Gema Álvarez, para indicar que, en principio, no tendrían que abandonar el pueblo, que podrían seguir en sus casas, porque no había riesgo inminente de nuevos desprendimientos. Solo se apuntó a una parte de la roca, de la que se desprendió el argayo y que podría caer en un futuro, pero que adoptaría la misma trayectoria.
Hasta que se pudo comprobar que no había víctimas bajo las piedras, trabajaron en el lugar efectivos de Bomberos del SEPA (Servicio de Emergencias del Principado de Asturias) de los parques de Mieres, Caso, la Unidad Canina de Rescate y el Jefe de Zona Centro al frente del operativo. Hasta el incidente también se desplazó inicialmente el Grupo de Rescate con el helicóptero medicalizado para hacer un rastreo aéreo de la zona. También se informó de lo sucedido a la Policía Local, a la Guardia Civil y al SAMU, que envió una UVI-móvil como medida preventiva. Además se alertó a los responsables de Infraestructuras del Principado y al propio Ayuntamiento.
Se determinó que serán los efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil los que se encarguen de vigilar que no se acceda a las zonas afectadas por el argayo, que han quedado acordonadas. Además de quedar acordonada la zona arrasada por las rocas, también se incluyó en el cordón una quinta vivienda, por seguridad, a pesar que no presenta daños al estar ubicada en la línea de caída de las rocas.
El consejero señaló que hubo «un desplazamiento de todo un frente de roca» y que tendrán que ser los geólogos quienes determinen las causas. «Las fracturas de esa roca pudieron ser por la intervención del agua», pero el informe último, señaló Martínez, puede tardar todavía un tiempo. No obstante, dijo que la prioridad es «garantizar la seguridad de las personas que quieran quedarse en sus casas». La alcaldesa informó que una docena de vecinos vive aquí de forma continuada y que «ha sido un susto enorme, te avisan de un argayo, como muchos que hay en el concejo, pero éste es de una envergadura increíble», afirmó.