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La joyería. J. C. R.
El atracador de la joyería de Mieres «quería ir a prisión»

El atracador de la joyería de Mieres «quería ir a prisión»

Es vallisoletano, de 40 años y tiene problemas psiquiátricos. Amenazó en el juzgado con cometer nuevos robos si no iba a la cárcel

A. FUENTE

MIERES.

Miércoles, 13 de diciembre 2017, 00:17

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No respondía al perfil típico de un atracador para la Policía Nacional. No era un toxicómano con el síndrome de abstinencia en busca de dinero para comprar droga, tampoco un delincuente común conocedor de los puntos débiles de los negocios en los que robar. De hecho, el hombre, vallisoletano de 40 años, arrestado el lunes por atracar a punta de pistola una joyería en Mieres -también un establecimiento de compra-venta de oro-, carecía de antecedentes policiales. Quien lo vio dijo que no parecía un delincuente.

El detenido acudió a robar a un local que conocía perfectamente y, prácticamente, se entregó tras perpetrar el asalto para sorpresa de la empleada. Blandiendo una navaja de gran tamaño, de unos diez centímetros, exigió el dinero de la caja que ascendía a la cantidad de 730 euros y no cogió nada más, a pesar de contar con diverso material valioso.

Quería ir a la cárcel, es la conclusión que se extrae en la Policía Nacional. El hombre, que era un cliente habitual del establecimiento y, por lo tanto, conocido por la encargada, dio sus datos personales (nombre y apellidos, e incluso su dirección) a la dependienta. El atracador insistió para que la empleada anotara en una hoja todos estos datos para que quedara constancia. ¿Por qué lo hizo? Fuentes de la investigación señalaron que se desconocía el motivo, pero que todo apuntaba a que el sujeto padece problemas psiquiátricos.

La investigación fue corta. El atraco se produjo poco antes de las siete de la tarde del mencionado lunes. A las dos horas, los agentes ya estaban en el domicilio del ladrón, en Mieres. No hubo problemas para realizar la detención. En su casa se le encontró parte del dinero sustraído. No todo, quedaban algo más de 500 euros.

Fue puesto a disposición judicial. En un primer momento, el titular del juzgado de guardia iba a dejarlo en libertad con cargos, porque no parecía que iba a causar más problemas. Pero cambió de parecer cuando el propio acusado dijo que si no era enviado a la cárcel volvería a cometer otra fechoría, por lo que fue a parar al centro penitenciario de Villabona, en prisión provisional.

La trabajadora del establecimiento a asaltado -que en principio se asusto bastante por el arma- no pudo más que mostrar sorpresa por el comportamiento «anómalo» del atracador y por su forma de proceder en el atraco. La empleada, enseguida, se puso en contacto con la Policía Nacional de la comisaría mierense, aportando todos los datos que el propio ladrón le había facilitado.

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