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Agentes de Policía, en el lugar el crimen en noviembre de 2010.
Un detenido por el crimen del gijonés Alfredo Suárez en Oviedo en 2010

Un detenido por el crimen del gijonés Alfredo Suárez en Oviedo en 2010

El hombre, de 61 años, fue hallado muerto en la fábrica de cocinas en la que trabajaba con un fuerte golpe en la cabeza

Olaya Suárez

Gijón

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Sábado, 23 de junio 2018, 13:12

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Siete años y medio después del crimen del gijonés Alfredo Suárez en Ciudad Naranco, la Policía Nacional ha dado un paso decisivo en la investigación que se creía en vía muerta. Las fuerzas de seguridad detenían esta semana a una persona por su presunta relación con la muerte violenta del hombre del 61 años, cuyo cadáver fue hallado con un fuerte golpe en la cabeza en la fábrica de cocinas en la que trabajaba. El juzgado que investiga el episodio violento mantiene las actuaciones bajo secreto de sumario tras tomar declaración a la persona detenida y enviarla al centro penitenciario de Asturias.

Pese al tiempo trascurrido desde el crimen, la Jefatura Superior de Policía Nacional de Asturias no daba por cerrado el trágico episodio. En los trabajos participaba también el grupo especial de la Comisaría General de Madrid, que se trasladó al Principado en numerosas ocasiones para tirar del hilo con el que identificar al autor.

El crimen tuvo lugar a mediodía del 11 de noviembre en el barrio de Ciudad Naranco. Alfredo Suárez había sido trasladado a la empresa Brico Cook en Oviedo un año antes, después de pasar toda su vida laboral en las oficinas de Gijón. Solía quedarse a comer en las oficinas, mientras su compañera almorzaba fuera.

Pasadas las tres de la tarde la otra empleada regresó y se extrañó al no verlo, incluso le comentó a dos clientes que le preocupaba que hubiese tenido algún percance. Aún no había visto el cadáver, que yacía en la parte superior de la nave. Cuando poco después subió las escaleras, se encontró el cuerpo de Alfredo en medio de un gran charco de sangre y con fuertes golpes en la cabeza.

Los agentes de la Policía Nacional inspeccionaron a fondo el escenario del crimen y constataron que la puerta no estaba forzada. Sin embargo, a la víctima le habían sustraído la cartera, con la documentación personal y unos 40 euros en su interior. Además, fueron localizados dos relojes en el suelo, uno de Alfredo y otro, supuestamente, de su asesino.

La autopsia practicada por los médicos forenses al cadáver del gijonés confirmaron que la causa de la muerte fue un severo traumatismo craneal. La Policía Científica no halló en la nave de la empresa restos biológicos ni huellas que ayudasen a identificar al autor del crimen. Tampoco los vecinos de Ciudad Naranco pudieron arrojar luz pese a las muchas entrevistas que realizaron los funcionarios. Ni rastro del asesino. Tres años después, en 2013, la investigación pareció avanzar y la Policía consideraba que estaba cerca de esclarecer los hechos. Sin embargo, las pesquisas volvieron al punto de partida, una sin respuestas en la que se encuentra aún a día de hoy.

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