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La temperatura subió un grado en España desde la Revolución Industrial

La temperatura subió un grado en España desde la Revolución Industrial

Un estudio internacional en el que participa el geólogo de la Universidad de Oviedo Jesús Ruiz Fernández logra cuantificar el calentamiento global en la Península Ibérica

MIGUEL ROJO

GIJÓN.

Miércoles, 17 de enero 2018, 03:04

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Un estudio que cuenta con la participación de la Universidad de Oviedo, publicado en la revista científica 'Earth science reviews', ha logrado reconstruir de forma precisa el clima de la Península Ibérica a lo largo de los últimos 700 años, desde el año 1300 hasta la actualidad. Entre las conclusiones más destacadas que obtienen los científicos está el hecho de que a lo largo de este periodo hubo «una acentuada variabilidad climática» con «alternancia de fases frías y cálidas» que desconocían. Pero es que los datos les han permitido, además, cuantificar el calentamiento global y evaluar su magnitud a lo largo de ese periodo.

En concreto, dicen los investigadores, «el aumento de la temperatura registrado desde el inicio de la Revolución Industrial es de aproximadamente un grado centígrado, el mismo aumento que se produjo por causas naturales desde la fase más fría de la -así la llaman- Pequeña Edad de Hielo (aproximadamente en 1675) hasta sus episodios finales», que coinciden precisamente con el inicio de la actividad industrial en el mundo. Esto es, que aunque sí consideran que algunos de los fenómenos que se observan, como la desaparición de los glaciares en la zona del Pirineo, estarían potenciados por «el calentamiento debido a los gases de efecto invernadero ligados a la actividad humana», creen que más que como una catástrofe ambiental habría que observarlo «como parte de la dinámica ambiental de las montañas ibéricas».

Los resultados «invitan a ser cuidadosos» a la hora de usar el concepto de 'cambio climático'

Según los autores, los resultados obtenidos «invitan a ser cuidadosos a la hora de relacionar de forma reduccionista cualquier fenómeno vinculado a la variabilidad climática con el concepto de cambio climático». Marc Oliva, el líder del equipo, de la Universidad de Barcelona, recuerda que «el clima responde a muchas variables cuyo comportamiento no se conoce bien, y el grado de incertidumbre científica se desprecia». Y lo explica hablando de los glaciares pirenaicos: «Los registros naturales nos dicen que los glaciares en los Pirineos son un fenómeno anómalo en los últimos 10.000 años, que solo se habían producido en fases muy puntuales. Ha sido más habitual ver unos Pirineos sin hielo en verano que unos con hielo permanente. Y esto ha ocurrido durante milenios en los que no había afectación humana sobre el clima», puntualiza. Y recuerda que en la época previa a la industrialización «el aumento de un grado en la temperatura se produjo de modo natural, sin injerencia antrópica, por una serie de factores relacionados con la actividad solar y las erupciones volcánicas, entre otros».

Explica Jesús Ruiz, de la Universidad de Oviedo, que «el estudio se centra en las áreas de la montaña de la Península menos humanizadas y en las que por tanto se han conservado bien una serie de registros naturales, como los glaciares, las turberas o los anillos de crecimiento de los árboles, que han permitido llevar a cabo una investigación muy precisa».

Sobre esa Pequeña Edad del Hielo, que dicen se desarrolló en la Península entre los años 1300 y 1850, cuando empieza la Revolución Industrial, añade Oliva que había «una mayor recurrencia de eventos climáticos extremos como olas de frío, nevadas, sequías, inundaciones... Se sabía que era un periodo más frío que el actual, pero no sabíamos que había tenido tanta variabilidad con tantos episodios de ese calibre». Y mencionan algunos como las inundaciones del levante peninsular en 1617, las de la fachada atlántica en 1626 o, incluso, la gran nevada de 1888 en Asturias.

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