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Aspecto que presentaba ayer la playa de Salinas.
El Principado tambien descarta que un vertido industrial provocase los picores

El Principado tambien descarta que un vertido industrial provocase los picores

Anuncia que los análisis del agua recogida en Salinas y San Juan «no reflejan concentraciones elevadas de ninguno de los parámetros revisados»

J. F. GALÁN

Jueves, 31 de julio 2014, 00:21

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Ni grandes concentraciones de microalgas o de micromedusas, ni escapes de las empresas asentadas el entorno, ni dragados en la ría, ni fugas de aguas fecales ni tampoco vertidos industriales, opción que ayer también descartó la consejería de Medio Ambiente en base a los resultados de los análisis de muestras de agua. ¿Qué causó entonces que el martes 22 cerca de 300 personas que disfrutaban de un baño en la playa de Salinas-San Juan acudiesen al puesto de Salvamento asegurando que sentían fuertes picores en la piel? Y todo en un espacio de tiempo muy reducido, entre las tres y las cinco de la tarde. La pregunta sigue sin respuesta.

«Se descarta un posible vertido industrial en las playas de San Juan y Salinas como causante de los picores sufridos por los bañistas la semana pasada», asegura la Consejería de Medio Ambiente en un escueto comunicado emitido ayer. Los análisis de las muestras de agua recogidas el día de hechos «no reflejan concentraciones elevadas de ninguno de los parámetros revisados», que enumera: «ph, exotoxicidad EC50, conductividad, sulfatos, cadmio, cromo total, cobre, hierro, manganeso, plomo, zinc y niquel», concluye el comunicado, que ni concreta ni tan siquiera sugiere una posible fuente de los picores.

Los bañistas que acudieron a Salvamento no presentaban ningún tipo de alteración externa. Solo decían que les picaba la piel, entre bastante y mucho. Salvamento les recomendó darse una ducha de agua dulce, y cuando el número de afectados superó los cuarenta decidió prohibir el baño, primero en San Juan y luego en Salinas, bandera roja hasta La Peñona.

La medida se levantó al día siguiente, miércoles, si bien Salvamento mantuvo la bandera amarilla, que indica precaución, y la recomendación de endulzarse nada más salir del mar. Ese mismo día otros treinta bañistas aseguraron sentir picores, y Medio Ambiente lanzó la teoría de las algas y micromedusas, que sería posteriormente descartada por la propia consejería. Lejos de detectar nada anormal, la conclusión a la que se llegó tras conocer los resultados de las tres muestras de agua es que el agua estaba en buenas condiciones para el baño en Salinas. En San Juan mejor aún, excelente.

El jueves se conoció que se habían registrado casos similares en la mariña lucense y el sábado la Coordinadora para el Estudio y la Protección de Especies Marinas (Cepesma) apuntó directamente a un hipotético vertido de sosa cáustica por parte de la planta de Alcoa en San Ciprián (Lugo). «Hemos detectado once puntos de costa con una alta concentración de este producto, que afecta incluso a los buzos que van al percebe», aseguró su presidente, Luis Laria.

El desmentido por parte de Alcoa no se hizo esperar. No hubo ningún tipo de vertido, ni en San Ciprián ni en Avilés, manifestó al día siguiente un portavoz de la multinacional.

Lo dicho. Las muestras de agua no han revelado la fuente de esos picores y no se anuncian nuevos análisis extraordinarios.

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