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Bañistas en la playa de Xivares.
Más de medio centenar de bañistas de Xivares se quejan de picores

Más de medio centenar de bañistas de Xivares se quejan de picores

Los socorristas colocaron la bandera amarilla de precaución ante los avisos que recibieron de los usuarios a partir de las cinco de la tarde

E. RODRÍGUEZ

Viernes, 8 de agosto 2014, 00:28

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Casi un mes después de que la playa de Palmera de Candás tuviera que cerrarse al baño por picores de los bañistas, ayer volvió a producirse un episodio similar, pero, en esta ocasión, en el arenal de Xivares. Según pudo saber este periódico, el suceso tuvo lugar sobre las cinco de la tarde, cuando los primeros usuarios empezaron a quejarse de escozor en la piel. Con el paso del tiempo, más bañistas trasladaron a los socorristas que ellos también sufrían las mismas molestias. Se calcula que más de medio centenar de personas dijeron tener iguales síntomas. Fue entonces cuando se dio aviso al centro de emergencias 112-Asturias y se decidió cambiar la bandera verde que, en ese momento, ondeaba en la playa puesto que había buena mar, por la amarilla de precaución.

Los socorristas se adentraron en el agua con su embarcación y, haciendo uso de sus recursos, examinaron el agua por si hubiera rastro de algún vertido. Sin embargo, el resultado fue negativo. Según la última calificación sanitaria que ha hecho la consejería y que data del 1 de agosto, el agua en Xivares es «apta para el baño y de calidad excelente». Hasta la fecha, nunca había habido problemas de este tipo en el arenal. Sí los hubo en Palmera el pasado 13 de julio.

Los primeros análisis efectuados por Sanidad revelaron que las aguas de la playa candasina «no eran recomendables» para darse un chapuzón, puesto que su «calidad era insuficiente». Tres días después, se conocía el resultado de otros que había solicitado el Ayuntamiento de Carreño a la empresa Estabisol y, entonces, se concluyó que el agua ya bajaba limpia, puesto que los índices analizados estaban muy por debajo de los límites fijados por ley.

Cuando la tranquilidad volvió al arenal, el susto se trasladó a Castrillón, donde Salvamento prohibió el baño en Salinas y San Juan tras atender a 300 bañistas con picores.

En busca del origen

Desde entonces, han sido varias las posibilidades analizadas para encontrar el origen del problema: grandes concentraciones de microalgas o medusas, escapes de empresas asentadas en el entorno, fugas de aguas fecales y vertidos industriales. Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente las ha descartado todas.

También la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma) se refirió al asunto y apuntó directamente a un hipotético vertido de sosa cáustica por parte de la planta de Alcoa en San Ciprián (Lugo). «Hemos detectado once puntos de costa con una alta concentración de este producto, que afecta incluso a los buzos que van al percebe», aseguró su presidente, Luis Laria. Alcoa lo desmintió. Aseguró que ni hubo vertido alguno ni en San Ciprián ni en la comarca de Avilés.

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