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Aurora Cereijo y Lucía Ordiales, vestidas de asturianas, fueron las encargadas de descubrir una placa en recuerdo al Gaitero Libardón. A la derecha, su nieto Juan Miranda.
Intenso homenaje al «embajador del folclore»

Intenso homenaje al «embajador del folclore»

Villaviciosa y Colunga se unen para rendir tributo a Ramón García Tuero en una jornada en la que también se reconoció la labor de Javier de Arroes

LYDIA IS

Sábado, 16 de agosto 2014, 00:23

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Villaviciosa y Colunga se volcaron ayer para rendir homenaje a Ramón García Tuero, más conocido como 'el Gaitero Libardón', nacido hace 150 años en la localidad maliaya de Arroes. Hasta allí se desplazaron cientos de personas para rendir homenaje a su figura, coincidiendo con el día grande de las fiestas patronales.

La jornada comenzó con una multitudinaria misa al aire libre en honor a la Asunción de María, seguida por la procesión, en la que como novedad participaron tres carrozas dedicadas al Gaitero Libardón y a Javier Díaz Fernández, 'Javier de Arroes', poseedor del mejor archivo sonoro, fotográfico y biográfico sobre la canción asturiana.

A sus 82 años, continúa coleccionando todo lo relacionado con la música tradicional. «Vivo por ello», aseguró, emocionado por el reconocimiento que sus vecinos le hicieron el jueves por la noche con la celebración de la Gala de la Gaita y la Canción Asturiana. 47.000 canciones y 50.000 biografías son algunas de las cifras que describen su colección, de la que destaca un disco del Gaitero Libardón grabado en 1905. «Me costó 1.000 pesetas hace cuarenta años, es una joya», señaló. Ayer, grabadora y cámara fotográfica en mano, no se perdió ningún detalle del homenaje al que considera «el gaitero universal».

Los vecinos de Arroes aprovecharon la celebración del aniversario del nacimiento del Gaitero Libardón para inaugurar un monolito en su memoria. Uno de sus nietos, Juan Miranda, ejerció de maestro de ceremonias en un acto cargado de simbolismo.

Bandera bordada a mano

La bandera que cubría la placa conmemorativa fue bordada a mano por la difunta esposa de Javier de Arroes y descubierta por su nieta Aurora Cereijo, de 10 años, y la tataranieta de Libardón, Lucía Ordiales, de 4 años. «Mira hacia Fonduxu, donde su hija formó una familia, y está al lado de la iglesia, donde desarrolló su formación musical gracias al presbítero», recordó Miranda muy emocionado. No faltó la música, a cargo de las gaitas de Iván Rionda y Samuel Laviada, el tambor de 'El Moreno' y la voz de Luis Estrada, ni el reconocimiento a toda la familia del homenajeado. Otra de sus nietas, María Teresa García, recibió un ramo de flores de la asociación de vecinos de Arroes.

En el plano institucional, los alcaldes de Villaviciosa y Colunga, José Manuel Felgueres y Rogelio Pando, destacaron la figura del Gaitero Libardón como «embajador del folclore por todo el mundo»; y Paz Fernández Felgueroso, presidenta del Consejo de Comunidades Asturianas (organismo asesor del Gobierno del Principado en asuntos relacionados con la emigración), recordó el papel fundamental que jugó llevando su música a América. «El nexo de unión más importante con los emigrantes sigue siendo el folclore», aseguró.

Por su parte, la directora general de Política Lingüística del Principado, Ana María Fueyo, señaló que «Asturias entera le debe la prestancia y el honor de que haya llevado su nombre por todo el mundo».

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