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Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:18
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Cada vez son más los bañistas que se quejan de la cantidad de piedras, y no precisamente marinas, que hay en la playa de Salinas. Sobre todo de las que salpican y en algunos puntos alfombran parte de la zona de baño que habitualmente se habilita a la altura de El Balneario. Son restos de las distintas escolleras que se han construido en la playa a los largo de los ya casi 25 años que han transcurrido desde que se derrumbase el paseo. La última, en la base del muro, se concluyó en junio, y parte del material sobrante también se enterró bajo la arena.
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