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Los avispones tratan de formar enjambre en un árbol ayer en Las Lláscaras, donde se tomó la imagen.
Alarma por un enjambre de avispas en Naveces

Alarma por un enjambre de avispas en Naveces

Unos vecinos dieron la alerta ante la sospecha de que eran asiáticas al ver su tamaño, aunque finalmente eran europeas

J. F. GALÁN

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 00:14

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Un enjambre de avispas causó ayer alarma entre los vecinos de Las Lláscaras, un grupo de casas situadas junto a la carretera que une Santiago del Monte con Naveces, más cerca de esta última localidad. Su considerable tamaño, unos tres centímetros (una avispa común mide dos), su agresivo comportamiento y quizá también cierto grado de sugestión llevaron a pensar que se trataba de las temidas avispas asiáticas, pero no. Eran avispones europeos, una especie menos voraz y bastante más tranquila. Solo ataca cuando se siente amenazada, y posiblemente eso fue lo que ayer sucedió en Las Lláscaras.

Los avispones trataban de formar un enjambre en un hueco de un árbol que crece junto a la carretera cuando un hombre que caminaba por el arcén pasó demasiado cerca. Posiblemente eso fue lo que desató su ira.

El hombre llamó a la Policía Local, que envió una patrulla. Cuando llegó, los avispones seguían alterados y comenzaron a revolotear de forma amenazadora alrededor del coche. Con buen criterio, los agentes optaron por quedarse en el interior y esperar la llegada de los bomberos, cada vez más acostumbrados a tratar con avispas, abejas y avispones, aunque en este último caso solo en ocasiones puntuales.

Protegidos con trajes adecuados, fumigaron el hueco del árbol con la esperanza de matar a la reina y sellaron el agujero. Las que quedaron fuera, muchas, seguían alteradas. Sin reina, sin cobijo y con el otoño a la vuelta de la esquina, el enjambre tiene los días contados.

El avispón europeo está pagando la mala fama de la avispa asiática. Su veneno no es más fuerte que el de una avispa o abeja común, no acostumbra a acercarse a núcleos urbanos y tampoco a atacar al hombre, salvo que se les perturbe.

Su problema es su tamaño y su ruidoso vuelo, factores que, unidos a la sugestión, inducen a pensar que se trata de una avispa asiática, aunque en realidad son fácilmente diferenciables. Por el tamaño y sobre todo por el color. La asiática es aún más grande, unos tres centímetros y medio, y predominantemente negra, mientras que el avispón europeo luce un llamativo abdomen amarillo y tiene la cabeza rojiza. En algunos países, como en Alemania, están hasta protegidas. Allí se les considera especies benefactoras, al encontrarse las avispas entre sus presas preferidas

Con todo, avispas, avispones y en menor medida las abejas han saltado a las primeras páginas de todos los periódicos nacionales.

Sus picaduras se han multiplicado. Dos personas han fallecido este verano en Asturias tras recibir el ataque de sendos enjambres, una en Parres y otra en Rodiles, y otra más en Galicia, donde al menos dos fueron hospitalizadas tras recibir múltiples picaduras.

En Castrillón, solo en el mes de agosto 213 personas que disfrutaban de un día de playa solicitaron ayuda a los socorristas después de recibir la incómoda visita, más del triple que en el mismo período del año pasado.

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