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Tres joyas a proteger

Tres joyas a proteger

Cultura incorporará los jardines históricos de El Encanto, Ballina y Les Baragañes a su patrimonio

SARA GARCÍA ANTÓN

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:19

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La historia también se escribe en los jardines. Y Villaviciosa cuenta con tres espacios que cuentan con esa catalogación, la de jardín histórico, y que además disfrutarán de una especial protección por su «elevado valor patrimonial».

El jardín de El Encanto, el del chalé de Les Baragañes (ambos privados) y el parque de Ballina, los tres en Villaviciosa, forman parte de la nómina de cincuenta espacios de estas características que pasarán a formar parte del Patrimonio Cultural de Asturias. La Consejería de Cultura ya ha iniciado la tramitación, con la apertura del expediente, registrada el pasado 15 de octubre en el Boletín Oficial del Principado de Asturias, para que así sea.

El objetivo es conseguir una «protección» para estas creaciones, ya sean de titularidad pública o privada. La Ley de Patrimonio define al jardín histórico como un espacio que resulta de la intervención humana sobre los elementos naturales, que pueden ser complementados con edificaciones o estructuras de arquitectura o de ingeniería. En los tres casos de Villaviciosa, el estado de conservación, según detalla Cultura, es «bueno». Y para todos ellos la recomendación es continuar con las actuaciones que se han llevado a cabo hasta ahora y, si acaso, se podría estudiar alguna medida para revalorizar este espacio.

1. Chalé de Les Baragañes

Toma su nombre del lugar en el que se ubica y el jardín se presenta como una envolvente del edificio principal en una villa levantada de 1894 a 1902 para Antonio Fernández Pando, maliayo que hizo su fortuna en México, y que era hermano de Obdulio, socio mayoritario de Valle, Ballina y Fernández. El chalé, una recreación de un castillo medieval de cuento, se estrenó en 1906. El lienzo occidental del jardín se cubre de arbolado y cuenta con un arriete geométrico de boj, con rosales altos, desde donde parten varios tramos de seto para remarcar los caminos. La trasera del palacete descubre un estanque de vaso octogonal en el que los nenúfares han encontrado acomodo. Una rosaleda arqueada y varios bancos de madera completan el conjunto, Otra rosaleda sobre arcos, al otro lado del jardín, conduce a otro «bucólico espacio», donde se conserva un banco pegado al muro. Un par de bustos en bronce y las estatuas de cuatro diosas griegas y dos osos pardos jalonan el espacio. Aunque se desconoce quién fue el autor del jardín, diversas fuentes apuntan a Pedro Múgica.

Grandes cedros, una araucaria chilena, un ciprés de Lawson y otro de Lampert -este último de siete metros de perímetro en el tronco y que se cree que podría ser previo a la finca- destacan en el frente que da a la carretera, donde también hay palmeras canarias y de Fortune, dos hayas y una falsa acacia.

2. El Encanto

Con una superficie que casi alcanza una hectárea, este jardín forma parte de la casona que edificaron los hermanos Bernardo y José Solís García, dos maliayos que habían montado una tienda de telas en La Habana y con la que acabarían amasando una gran fortuna. El edificio se construyó en 1927 y el autor del jardín es desconocido.

Este último espacio destaca por «su cuidada zonificación y originalidad» dentro de la capital del concejo y alberga una «rica colección» de farolas singulares que están formadas por columnas coronadas por luminarias de hierro y cristal. Magnolios, palmeras canarias, laureles, tilos, castaños de Indias y un sauce llorón crecen en su territorio junto a flores de temporada y rosales. También hay una zona reservada para huerto de hortalizas y frutales.

3. Parque de Ballina

En la trasera de la plaza del Ayuntamiento de Villaviciosa surge un espacio para el descanso, de titularidad pública, que podría encajarse dentro de la tipología de jardín indiano y fue proyectado por el fotógrafo y profesor de dibujo del Ateneo, Arturo del Fresno, a principios del siglo pasado. Contó con la colaboración para diseñar este parque de Ballina del arquitecto Mariano Marín de la Viña y el jardinero Pedro Múgica.

Un estanque con patos y peces que incluye una cenefa de azulejo en conjunción con la pérgola preside el jardín, en el que además de la figura de un niño con un pez por cuya boca brota agua -de «bastante» antigüedad- destacan dos obras más. Una, la 'Exaltación de la manzana', escultura en bronce de Eduardo Úrculo dedicada a José Cardín Fernández. Y otra, una estatua de Guillermo Simón Sánchez, conocido como el 'pintor de lo asturiano'.

Rosales y camelios compiten en esta zona de recreo con bojes y arbustos y un repertorio vegetal que sigue las tendencias de principios del siglo XX. Una araucaria de Norfolk, por su parte, forma parte del repertorio «singular» del parque de Ballina, donde también se pueden ver plátanos, drácenas y algunas variedades de coníferas. Como curiosidad, aunque en origen había olmos, estos desaparecieron a causa de una grafiosis -una enfermedad de los árboles- en la década de los años 90.

En la actualidad, ha incorporado un parque infantil y combina elementos originales con mobiliario propio de un parque público.

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