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Lunes, 20 de abril 2015, 00:24
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Ángeles Santamaría es vecina de Oviedo y este fin de semana participó en el I Encuentro Jacobeo en Tierras Maliayas, que finalizó ayer con una visita guiada a Valdediós organizada por la Fundación Cardín durante la que quedó patente que el público demanda una mayor accesibilidad a la instalaciones. «Es una pena que esté cerrado y que la gente se esté perdiendo esto; debería volver a tener vida monástica», señaló Santamaría.
Junto a una treintena de personas, recorrió la iglesia de San Salvador, más conocida como El Conventín, la iglesia de Santa María y varias dependencias del monasterio, algunas de ellas -como la sacristía o el salón de actos ubicado en el antiguo refectorio del siglo XVII- habitualmente cerradas a las visitas.
El guía del monasterio, Roberto Carneado, fue el encargado de dirigir al grupo por los diferentes rincones, recordando su historia y también algunas anécdotas.
Por ejemplo, relató que en 2004 se retiraron los cuatro caballeros de los capiteles de la iglesia de Santa María debido a su restauración. Sin embargo, las figuras quedaron sin renovar y no volvieron a instalarse porque los monjes cistercienses de entonces no consideraron oportuno su retorno al templo. En la actualidad, pueden verse en el claustro.
«Mayor promoción»
Al término de la visita, el gijonés Juan Grijota se mostraba encantado. «Tenemos unas joyas que habría que promocionar más, esto tiene que verlo todo el mundo», aseguró.
En una línea similar, el matrimonio formado por Rui Filipe Portugal y Yolanda Fernández -que regentan una empresa de tours de viajes en el país vecino- lamentaron lo difícil que es acceder al monasterio para cualquier visitante. «Es una pena que tengamos maravillas que están descuidadas, cerradas al público y sin medios para potenciarlas», indicaron. Y añadieron que aunque les gustaría establecer su centro de negocio en Oviedo, «cosas como esta hacen que no merezca la pena».
De momento, el Arzobispado de Oviedo continúa buscando una congregación que se dedique a la vida contemplativa para asentarse en el monasterio, lo que podría permitir, por ejemplo, reabrir la hospedería. La jornada finalizó con la visita al albergue, con capacidad para 22 plazas y que el pasado año acogió a casi mil peregrinos.
En cuanto al desarrollo de esta cita, Enriqueta de Valdés, directora de la Fundación Cardín, aseguró que «el primer encuentro en tierras maliayas cubrió las expectativas de los participantes» y avanzó que el próximo año se llevará a cabo una nueva edición.
«El Camino de Santiago en Villaviciosa tiene mucho por descubrir», aseguró De Valdés.
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