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Industria cifra entre 25 y 40 millones la inversión necesaria para reabrir Perlora

El consejero, Francisco Blanco, explicó que en 2015 se estudió un proyecto de enseñanza de idiomas, uno deportivo y otro residencial

PEPE G.-PUMARINO

Viernes, 26 de febrero 2016, 00:27

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El consejero de Empleo, Industria y Turismo, Fernando Blanco, cifra entre 25 y 40 millones la inversión necesaria para reabrir la Ciudad de Vacaciones de Perlora. Así lo reflejó un estudio encargado a la Sociedad Regional de Promoción a principios del pasado año. La valoración se hizo en base a tres proyectos: un centro deportivo de alto rendimiento, un centro de enseñanzas de idiomas y otro propio, de uso turístico. Blanco ofreció estas explicaciones a preguntas de la diputada de Foro Asturias, Carmen Fernández, para conocer la gestión del nuevo Ejecutivo sobre el complejo de vacaciones.

El consejero, en su intervención, señaló que «en el actual contexto, entendemos que cualquier actuación para reabrir la Ciudad de Vacaciones pasa por contar con la iniciativa privada». Y lo argumentó en dos cuestiones: la primera, que no se dispone de cuarenta millones y la segunda, que el Principado no puede asumir la gestión del complejo turístico para hacer la competencia al sector privado. No obstante, Blanco no descartó que hubiera algún proyecto que no entre en competencia directa con el sector privado. Del encargo hecho el pasado año a la Sociedad Regional de Promoción para la búsqueda de inversores, admitió que «los contactos con algunos inversores no dieron su fruto».

La intervención del consejero no convenció a la parlamentaria de Foro, que acusó al Gobierno de Javier Fernández de no tener ideas para reabrir la Ciudad de Vacaciones, «escudándose tras una consultora externa». Reclamó al consejero que concretase los planes existentes, entre ellos la apertura del centro de manera paulatina, como plantearon algunos sectores locales de Carreño «porque es urgente reactivar esta infraestructura».

En su respuesta, Blanco precisó que la instalación tiene algunas características únicas que pueden suponer un inconveniente o una ventaja. Y defendió que su uso no tenga que ser necesariamente turístico, «puede ser un residencial para jubilados no españoles y hasta un centro deportivo, entre otros», concluyó.

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