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J. F. GALÁN
Miércoles, 7 de diciembre 2016, 00:10
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La imagen de la playa de Salinas ha cambiado mucho en apenas unos meses. La que ofrece hoy en día dista mucho de la que presentaba en abril, después de que los temporales de invierno volviesen a dejar al descubierto los refuerzos construidos en los últimos años a lo largo de la base del paseo, las pestañas de las escaleras y de las rampas de acceso y grandes rocas de cantera, restos de viejas escolleras e incluso del viejo paseo.
La realidad es que el nivel de arena de la playa de Salinas es el más alto desde el fallido aporte artificial de 2004. Los refuerzos de emergencia ya no están al aire, salvo picos que afloran en el extremo del paseo más próximo a las dunas de El Espartal, y lo mismo sucede en pestañas de rampas y escaleras. Solo hay que mirar a las duchas instaladas en la pared. Donde antes casi había que saltar para alcanzar el botón ahora poco menos hay que agacharse.
La recuperación es especialmente evidente en la zona central del paseo y en las proximidades de La Peñona. En este punto no queda ni rastro de las rocas, éstas naturales, que en ocasiones emergen del suelo, y el rompeolas que protege el muro inclinado de piedra que cae a la playa desde la avenida de Juan Sitges apenas es visible.
Tampoco cabe echar las campanas al vuelo. El actual nivel está aún muy lejos del que se registraba hasta que, a finales de los ochenta, la pérdida de arena comenzó a acentuarse, cuando hasta entonces estaba prácticamente al mismo nivel del paseo. Además el otoño es la época del año en que en mayor cantidad se acumula, y queda por ver los efectos que pudieran tener los habituales temporales que acostumbran a azotar la costa en los meses de invierno, especialmente en enero y febrero, mes en el que se registran las mareas mas alta del año.
El actual nivel de arena deja en entredicho las teorías que afirmaban que el dragado realizado a principios de año en aguas interiores de la ría iba a acentuar la pérdida de arena, que irremediablemente se colaría a través de la bocana, y también las que sostienen que la recuperación de la playa de Salinas pasa ineludiblemente por realizar un gran aporte artificial de arena. En este sentido, los 438.478 metros cúbicos vertidos en 2004 apenas duraron unos meses, si bien quienes defienden este sistema como solución al déficit de arena de la playa califican tal cantidad como un simple aperitivo de un aporte inicial que tendría que consolidarse con nuevos vertidos realizados de forma periódica.
Y no solo es Salinas. La playa de Arnao, hace no tantos meses un pedrero, también ha recuperado gran cantidad de arena. Al menos de forma momentánea.
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