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Dos ovejas víctimas propiedad de Marta Rodríguez del lobo.
«Tenemos al lobo metido en el pueblo»

«Tenemos al lobo metido en el pueblo»

Una propietaria de Pravia que ha perdido 21 ovejas en tres meses reclama al Principado que agilice las indemnizaciones y controle la población

J. F. GALÁN

Martes, 3 de enero 2017, 00:06

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Los cada vez más frecuentes ataques atribuidos al lobo están causando estragos en la cabaña ovina del Bajo Nalón. «A nosotros nos ha matado veintiún ovejas en los últimos tres meses. Ya solo nos quedan siete», se lamenta Marta Rodríguez, titular de una pequeña ganadería en Forcinas, apenas a un kilómetro de Pravia capital. «Nosotros, como otros muchos, las tenemos para que nos limpien la finca, por afición y porque nos gustan. Hasta les ponemos nombre, pero hay gente que vive de ellas», explica.

Marta Rodríguez expresa el sentir de los ganaderos de la zona. «Las compensaciones que abona el Principado no llegan ni para comprar pienso. Las pequeñas te las pagan a 50 euros y las grandes a 70, cuando el precio medio de una oveja ronda los 150 euros y supera los 300 si es de raza buena». En su caso particular, «todas las que nos mataron eran hembras, y algunas estaban preñadas», por lo que el daño es aún mayor».

Los ataques comenzaron «hace un año. Hasta entonces como mucho bajaba la raposa y te mataba una, pero lobos nunca. Ahora el lobo está aquí mismo. En Forcinas hemos sufrido al menos siete ataques y el otro día vi a dos merodeando tan campantes a menos de cinco metros de mi casa. ¡Y asustan!». Las críticas van contra la consejería. «Hicieron repoblaciones y como ya han dejado de darles de comer ahora vienen a por el ganado, que es presa fácil. Es evidente que es mucho más fácil enfrentarse a una oveja que a un jabalí».

Además de considerarlas escasas, los ganaderos afirman que las indemnizaciones «llegan con retraso. Yo particularmente aún no he cobrado nada y ya han pasado tres meses desde el primer ataque. No sé, estarán esperando a que me mate las que me quedan para pagármelas todas juntas», ironiza Rodríguez.

La tarea de verificar que la muerte ha sido a manos del lobo queda en manos de un veterinario. «Encima todavía te dicen que no, que fueron perros asilvestrados, para no pagar nada». Las ovejas no son las única víctimas. «También han matado un burro, un caballo y varios perros, y empiezan a atacar a las vacas, aunque que yo sepa todavía no han matado ninguna».

El último ataque conocido se registró anteayer en Forcinas, diez ovejas de una tacada. «A algunas solo les dan unos mordiscos y a otras las devoran a medias. Estaban sueltas en una finca de varias hectáreas, así que tienen que ser varios lobos, uno solo no podría matar a tantas y tan separadas unas de otras».

Los ganaderos piden soluciones. «Tendrán que controlar a la población, llevársela para otro lado o autorizar batidas, al igual que hacen con los jabalíes. Lo que no puede ser es tener a los lobos metidos en el pueblo y actuar como si aquí no pasase nada. La gente está cada vez más asustada y no solo por las ovejas, también por la posibilidad de que el lobo ataque algún día a una persona», concluye Marta Rodríguez.

Según un estudio de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), entre 2000 y 2014 se abrieron 33.126 expedientes por daños causados por el lobo en explotaciones ganaderas y agrícolas que desembocaron en indemnizaciones por importe de 10.811.980 euros. Dicho estudio también constata la tendencia al alza de los ataques, de 1.500 expedientes en el año 2000 a 2.954 en 2014.

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