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Los operarios cerraron y tabicaron ayer dos de los módulos de Piñeres.
Carreño culminará en año y medio el realojo de la población gitana del concejo

Carreño culminará en año y medio el realojo de la población gitana del concejo

El Principado cierra dos de las infraviviendas del asentamiento de Candás, que se levantó en la década de los noventa

PEPE G.-PUMARINO

Viernes, 3 de febrero 2017, 00:07

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El concejo de Carreño culminará el realojamiento en pisos públicos de toda la población gitana en el municipio en el plazo de un año y medio como máximo. Esta es, al menos, la previsión que hizo el director general de Vivienda, Fermín Bravo, tras visitar ayer el poblado de Piñeres, en Candás.

Durante esta vista se procedió al cierre mediante el tapiado de dos módulos prefabricados en esta zona. El número total de infraviviendas existente en este asentamiento era de doce. Tras el cierre de cuatro con anterioridad y ahora de otras dos más, quedarán seis módulos habitados.

Según explicó Bravo, «una de las premisas que se fija este gobierno es la erradicación de este tipo de viviendas y del chabolismo». «Disponemos en la actualidad de un parque público de 10.000 viviendas en Asturias. Y este programa lo llevaremos a cabo con los ayuntamientos que tengan el liderazgo y la voluntad necesaria para acometer este plan y entre ellos se encuentra Carreño», remarcó.

En el caso de Candás, los módulos del poblado de Piñeres se construyeron en la década de los años noventa de manera provisional y con el objetivo de erradicar el chabolismo ofreciendo a la población gitana unas mejores condiciones. Todavía siguen ahí. «Si queremos la integración de las familias este marco no es el mas adecuado», señaló Fermín Bravo. De hecho, los planes que se hacen para un futuro inmediato pasan por el realojamiento de las seis restantes familias. Una vez finalice este proceso, se procederá con la demolición de todos los módulos prefabricados del asentamiento.

La razón que mueve a proceder con el tabicado y precintado de los que queden desocupados no es otra que la misma estrategia empleada con dentro del plan de erradicación del chabolismo: evitar que puedan volver a ser ocupadas.

En la última década y dentro de este mismo programa, se reubicó a cerca de un centenar de familias en viviendas de protección social. A día de hoy, son únicamente seis las familias afectadas y se encuentran en el proceso de adaptación para optar a estos pisos.

El número de casas de este tipo con las que cuenta el municipio es de 180. «Al disponer de un buen parque de vivienda pública, el Ayuntamiento ha obtenido estos buenos resultados, con una planificación que lleva su tiempo y no es fácil desarrollar», comentó Fermín Bravo.

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