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Asistentes a las jornadas, ayer, en su visita a Tazones.
Tazones y Villaviciosa, a través  de la mirada del emperador Carlos V

Tazones y Villaviciosa, a través de la mirada del emperador Carlos V

Los asistentes a las jornadas sobre el monarca visitan dichas localidades maliayas para conocer cómo eran hace más de quinientos años

A. G.-OVIES

Viernes, 24 de febrero 2017, 00:09

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Un viaje a través del tiempo, quinientos años atrás. Un recorrido por la historia del concejo maliayo. En concreto, por uno de los momentos más importantes: el de la llegada de Carlos V al puerto de Tazones en 1517. Los asistentes a las jornadas sobre el monarca, organizadas por la Fundación Cardín y la Universidad de Oviedo, visitaron ayer la localidad para conocer cómo era la vida en aquella época, el día a día de un pueblo que unos años antes había conseguido una gran victoria al lograr poder marcar el precio del pescado que vendían, hasta entonces impuesto desde la 'puebla' de Villaviciosa. «Consiguieron hacer valer sus derechos», explicó Álvaro Solano.

El responsable de las jornadas se sirvió de las cartografías de Pedro Teixeira para explicar las diferencias entre la villa de Tazones de 1517 y la actual. La primera de ellas era el gran torreón de los Hevia que dominaba por encima del resto de las viviendas. Esa edificación fue, seguramente, lo primero que vieron los acompañantes del monarca en su acercamiento a la costa asturiana. «Es muy probable que por eso se alojara luego en la Casa de los Hevia en Villaviciosa», apuntó.

La visita continuó por la capital maliaya donde Carlos V pasó cuatro noches acompañado de parte de su séquito. Aunque no todos pernoctaron en Villaviciosa, «fácilmente se pudo duplicar la población» durante esos días. En aquella época la villa estaba rodeada por una muralla construida durante el levantamiento de la 'puebla' en 1270 de la que solo se conservan algunos restos.

Con el paso de los años muchas de las viviendas se fueron cimentando contra ese muro por lo que es muy probable, explicó Solano, que algunas de las casas más antiguas de la calle del Sol cuenten aún con restos de la construcción.

«La villa no perdió su aspecto rural hasta bien entrado el siglo XIX. En muchas de sus plazas hubo hórreos durante muchos años», recordó el historiador, que guió a los visitantes por las que habrían sido las primeras calles de la localidad.

La visita finalizó en las estancias donde descansó el monarca hace quinientos años. La actividad se encuentra enmarcada en la celebración del quinto centenario.

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