Secciones
Servicios
Destacamos
SHEYLA GONZÁLEZ
Martes, 28 de marzo 2017, 00:08
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La Dirección General del Catastro ha iniciado una revisión catastral desde el año 2013 hasta la actualidad en Corvera. Este procedimiento llega después de que el ente hubiera realizado varias inspecciones aéreas en Asturias, entre ellas en el concejo, en la que se descubrieron numerosos inmuebles que habían hecho modificaciones que afectan al valor catastral y que no habían sido notificados ante el Catastro.
El procedimiento comenzó en el año 2013 y finalizará en 2017, y se está llevando a cabo de manera paulatina en toda Asturias. Ahora ha llegado a Corvera y el Catastro está enviando los recibos a los propietarios de aquellos inmuebles en los que se registraron cambios no declarados. En total han sido 675 los inmuebles regularizados, que deberán afrontar el pago de las cantidades adeudadas a la Dirección General desde el año 2013.
Los recibos con estas cantidades, que varían dependiendo del tipo de omisión y del grado de ampliación del valor catastral, ya están llegando a los domicilios del concejo, que tienen unos días para abonarlos al Ayuntamiento a través de los Servicios Tributarios del Principado. Esta investigación fue iniciada de oficio por el Catastro y nada tiene que ver con el Impuesto de Bienes Inmuebles del Consistorio, por eso se gira en un recibo aparte en el que figura específicamente el concepto de 'procedimiento de regularización catastral'.
La mayor parte de las omisiones detectadas por el Catastro se corresponden con ampliaciones de viviendas (47,66%) o bien con nuevas construcciones, que pueden ser de diferentes tipos desde casetas de aperos a locales anexos (23,59%). En menor medida, se registraron casi un veinte por ciento de reformas no modificadas ante la Dirección General, que también se percató de la construcción de piscinas (3,44%) y varias rehabilitaciones, así como otro tipo de omisiones.
Que estas ampliaciones, nuevas construcciones o reformas no hayan sido notificadas no quiere decir que se encuentren en situación de ilegalidad. La mayor parte de ellas cuentan con los permisos municipales para hacer las obras pero, por desinformación u omisión, los propietarios no avisaron en el Catastro de las obras realizadas, que influyen directamente en el valor catastral de sus inmuebles y, por tanto, en el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles.
La retroactividad es de cuatro años porque es la máxima permitida por Ley para este tipo de regularizaciones. En los recibos que están recibiendo los propietarios también se especifica la cantidad a abonar que corresponde con cada ejercicio junto con la cantidad total que han de pagar para ponerse al día con el Catastro. Independientemente de este pago, los propietarios de estos inmuebles deberán abonar a finales de año el IBI correspondiente al ejercicio pasado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El cántabro que inventó la Vuelta
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.