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Cursillo de surf en la playa de Salinas.
División de opiniones en las escuelas de surf sobre la tasa por dar clase en la playa

División de opiniones en las escuelas de surf sobre la tasa por dar clase en la playa

Afrontan el pago con resignación, pero recriminan a Costas que no grave otro tipo de actividades que también hacen uso de los arenales

S. G.

Domingo, 28 de mayo 2017, 00:53

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La Demarcación de Costas cobrará una tasa a las escuelas de surf por dar clases en las playas asturianas. En Castrillón hay una decena de escuelas, en su mayoría ubicadas en Salinas, y no todas han recibido el pago de igual manera, aunque todas lo aceptan con resignación y no se plantean dejar la actividad.

La tasa tiene su razón de ser en que este tipo de empresas explotan los arenales con fines económicos y como tal deben estar gravada esa actividad. «Es normal, no dejamos de estar haciendo uso de un espacio público en nuestro propio beneficio. El precio no es desorbitado, compras un poco menos de material y lo pagas, hay sitios donde cobran mucho más. Además, por mucho que digamos nosotros ya está tomada la decisión hay que pagar sí o sí», apuntó Ramón Cuervo, de la escuela de surf Alamar de Salinas.

La tasa diferencia las playas de carácter urbano de las naturales. Así, la temporada de verano en Salinas costará 436,89 euros mientras que en el resto de arenales, al tratarse de playas naturales, se tendrán que abonar 111,33 euros. Esta diferencia también la entienden los surfistas que lo achacan «a la cantidad de bañistas que acuden a unas y a otras. Salinas está muy concurrida por lo que si quitas espacio para el surf lo restas para otra cosa. El resto al estar más alejadas reciben menos gente por lo que estorbas menos», comentan.

Por contra los hay que ven «injusto» que se imponga una tasa a las escuelas de surf y no a otros sectores que también hacen uso de los arenales en verano. «No somos los únicos que utilizamos la playa para hacer deporte o con fines empresariales. Son muchos los sectores asociados al turismo los que la explotan y a nadie le cobran por hacerlo pero a nosotros sí. Lo peor es que no puedes hacer nada», señala Carlos Meana, del Pez Escorpión.

Hay quien propone soluciones para ahorrar costes trasladando sus clases a arenales naturales y dejando Salinas por San Juan, que «es semiurbana. Me pregunto qué pasaría si todos decidiéramos dar clase allí. Ahorraríamos costes y al fin y al cabo no nos tenemos que mover mucho. Aunque pensándolo bien igual le aplican la misma tasa que a Salinas y no arreglamos nada», apuntan los surfistas, que a su vez olvidan la tasa para comenzar las clases de verano.

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