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Los organizadores del segundo encuentro de comisiones de festejos de Villaviciosa, en Amandi. E. C.
Las parroquias de Villaviciosa vuelven a pedir una normativa contra el botellón

Las parroquias de Villaviciosa vuelven a pedir una normativa contra el botellón

Las comisiones de festejos reclaman que el plan de emergencia tenga más de dos años de vigencia si la verbena no cambia de lugar por «ser un ahorro»

ALICIA G.-OVIES

VILLAVICIOSA.

Lunes, 23 de abril 2018, 00:19

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Las comisiones de festejos ven cada año como el número de requisitos para poder sacar adelante las celebraciones en las parroquias van en aumento. Desde seguros hasta el canon que deben pagar a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). A esas condiciones se suma, además, la problemática del botellón. «El enemigo número uno de las fiestas de prau», volvió a ser una vez más tema de debate. Los organizadores del II Encuentro de Comisiones de Villaviciosa volvieron este fin de semana a poner sobre la mesa la necesidad de contar con una normativa específica que permita atajar este problema que va creciendo con el paso de los años y al que por el momento no se le ha puesto freno.

Esta actitud por parte de los jóvenes es contra la que tienen que luchar, sobre todo, en aquellas parroquias que contratan grandes orquestas y donde el número de asistentes es mayor. Algunas han llegado, incluso, a poner seguridad para impedir la entrada con bebida de fuera, pero «eso solo traslada el problema al exterior del recinto».

No es el caso, por ejemplo de la parroquia de Rozaes, donde la asociación de vecinos se encarga también de organizar las fiestas, como Santumedero o la Feria de los Higos. Su tesorera, Loli Díaz, fue homenajeada el sábado por su trayectoria de más de veinticinco años. «En nuestro caso no lo sufrimos. Siempre hay algún grupo de chavales fuera del prau, pero no podemos llamarlo botellón. Las nuestras son unas fiestas pequeñas a las que principalmente vienen los vecinos», explicó.

La propuesta de crear una federación sigue estancada desde el año pasado y sin avances

El plan de emergencias es otra de las condiciones a las que deben hacer frente las comisiones. En la actualidad, en Villaviciosa, el Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con las entidades -se calcula que en activo hay más de treinta- para que dicho proyecto tuviese una validez de dos años. Una duración que, para los vecinos, es escasa y podría ampliarse.

Los representantes de los festejos de Villaviciosa defendieron que si la verbena no cambia de ubicación la documentación, el plan de emergencia podría tener un periodo de validez mayor. En caso de algún cambio, apuntaron, como un relevo en la junta de la comisión, podría realizarse un anexo al proyecto principal. «Esto supondría un gran ahorro», dijeron. Hasta 2017, solo era necesario presentar el informe de un aparejador en el que se aprobaba el lugar y las condiciones del evento. La actual normativa les obliga a contar con un plan de evacuación y una memoria realizada por un técnico especializado.

Baños portátiles y sanitarios

No fueron estas sus únicas reivindicaciones. Las comisiones consideraron necesario que el Ayuntamiento aporte a las celebraciones elementos básicos de seguridad e higiene y que, en muchos casos, son obligatorios por ley. De este modo, solicitaron la presencia de una ambulancia y la instalación de baños portátiles, servicios que permitirían a la organización tener más control en caso de haber un accidente y mejorarán la limpieza del entorno, con lo que se ocasionaría menos prejuicios a los vecinos.

En el caso de Rozaes, como en el de muchos otros, el principal problema está en el relevo de la junta directiva. Para Díaz, la causa de esta negativa a asumir un cargo es el desconocimiento sobre el papel que eso conlleva. «Siempre contamos con la colaboración de todos los vecinos, pero la gente no quiere implicarse en la dirección. Las juntas se podrían ir renovando más poco a poco si la gente tuviese más información», aseguró.

A la duración de dos años del plan de emergencia, se sumó el pasado año el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la SGAE para reducir un 25% el pago de los festejos por parte de las comisiones. La iniciativa supuso un gran impulso para las pequeñas localidades, que son las que más sufren estas trabas administrativas. A ello se une, además, la exigencia de muchos grupos musicales de tener una potencia de luz concreta. Esta petición obliga a los organizadores de las fiestas a tener que solicitar enganches para poder contar con la orquesta que tenían prevista.

Donde no se han logrado avances es en la creación de una Federación de Comisiones de Festejos. «Para eso se necesita el empeño de más personas que tengan ese deseo y que estén dispuestas a hacer piña, reunirse y barajar, como decimos, la posibilidad de aunarse», resaltaron los organizadores del segundo encuentro de comisiones. Por el momento, este encuentro servirá como punto de unión entre todas las asociaciones locales.

La cita del sábado en Amandi sirvió, además, para homenajear al cantante Vicente Díaz y a la comisión de Bedriñana, cuyas fiestas estuvieron a punto de desaparecer.

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