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Cristina Simón, frente al Café del Sol, donde trabaja como camarera. ARNALDO GARCÍA
«No se puede jugar con el futuro de la gente siguiendo cada vez un criterio distinto»

«No se puede jugar con el futuro de la gente siguiendo cada vez un criterio distinto»

Cristina Simón, Presidenta de la Asociación de Comerciantes y Autónomos ·

«No recibimos un trato justo. Después de diez meses luchando contra el virus, la improvisación de las administraciones es inadmisible»

ALICIA GARCÍA-OVIES

VILLAVICIOSA.

Domingo, 17 de enero 2021, 02:49

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Comercio, hostelería y autónomos llevan diez meses esperando por una recuperación que no acaba de llegar. La pandemia no deja de golpear y en Villaviciosa ya son varios los establecimientos que no volverán a abrir sus puertas. «Hay casos en los que abrir la persiana se hace muy cuesta arriba», reconoce Cristina Simón, presidenta de la Asociación de Comerciantes, Servicios y Autónomos.

-¿Cómo ha ido la campaña de Navidad? ¿Han respondido los clientes?

-Para la hostelería ha sido mucho más complicado. Por ejemplo, la restricción a cuatro personas por mesa, cuando se hace sin excepciones, sin matices, es excesiva. Es difícil de entender que una familia numerosa no pueda salir a comer a un restaurante y sentarse juntos, cuando viven en la misma casa. O que las restricciones sean iguales para concejos como el nuestro, con menor incidencia, que para otros en los que la situación es más complicada.

-¿Y en el caso del comercio?

-La Navidad ha animado las ventas aunque, debido a la incertidumbre general, tampoco han sido tan buenas como en años anteriores. Los comerciantes siguen trabajando día a día para asegurar a los clientes un entorno seguro, y creemos que estos lo valoran y siguen confiando en el pequeño comercio y apostando por el futuro de la Villa. Cada compra, por pequeña que sea, es importante.

-¿El segundo cierre obligatorio les hizo mucho más daño que el primero?

-Lo que se ha perdido estos meses hemos de asumirlo. Pero hay que abrir la persiana cada día y seguir adelante, confiando en que las cosas mejorarán a lo largo de este año.

-¿Han cerrado negocios por la pandemia?

-Sí, y algunos más están en la cuerda floja.

-¿Son suficientes las ayudas? ¿Llegan a tiempo?

-Agradecemos al Ayuntamiento el apoyo que nos está dando, tanto con las ayudas como con las tasas que están dejando de liquidar. En el caso del Principado, la mayoría ya las han pagado también, pero quedan algunas, incluso de las concedidas durante el cierre de marzo.

-¿Cómo valoran las nuevas restricciones?

-Para la mayoría, las restricciones están significando pérdida de volumen de negocio. Puede que para el comercio, aunque la situación sea difícil, las condiciones sean menos lesivas. Pero, por ejemplo, los alojamientos, con la movilidad entre comunidades restringida y la actividad suspendida, sobreviven a duras penas. Negocios como peluquerías o floristerías, que fueron declarados esenciales y permanecieron abiertos durante el segundo cierre, lo están pasando realmente mal, sin ayudas y con unos ingresos muy por debajo de lo habitual. Y en el caso de la restauración, si ahora se cierra a las 20 horas y no pueden dar cenas ni siquiera los fines de semana, ya no es que no se gane, es que se pierde menos teniendo el local cerrado y el personal en ERTE. Hay casos en los que abrir la persiana se hace muy cuesta arriba.

-¿Habrá un tercer cierre?

-Si los casos siguen aumentando, es lógico que las restricciones se hagan más severas. Y, en cualquier caso, la salud es lo primero. Solo esperamos que, esta vez, el cierre traiga aparejado desde el principio un plan de compensaciones proporcional a los esfuerzos que se nos exijan. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras se toman decisiones que condenan a la ruina económica a nuestros negocios.

-¿Creen que la hostelería y el comercio están recibiendo un trato justo del Principado?

-No. Después de diez meses luchando contra el virus, la improvisación de las administraciones es inadmisible. Que en marzo nadie pudiera anticipar lo que se nos venía encima es normal. Que en noviembre nos confiáramos creyendo que Asturias había resistido al verano sin inmutarse, imaginamos que fue un exceso de confianza. Pero ahora... Estamos cansados. No se puede jugar con el futuro de la gente, obligando a recortar horarios o a cerrar negocios siguiendo cada vez un criterio distinto. Y lo mismo podemos decir respecto a nuestros empleados, cada 15 días hay que adaptarse a una normativa nueva. Hay gente que lleva meses sin cobrar. Supongo que es más fácil perder la perspectiva cuando tienes el sueldo asegurado.

-¿Cuándo cree que podrán volver a disfrutar de una nueva normalidad?

-Creo que el concepto de 'normalidad' es muy relativo. Ahora nos parecen normales cosas que hace tan solo un año considerábamos imposibles. Tal vez nunca volvamos a ser como éramos, así que es un buen momento para disfrutar de las pequeñas cosas e intentar ser mejores.

-¿Qué le pide a este nuevo año que acaba de empezar?

-¿Después de que nos haya regalado ya un asalto al Capitolio y la mayor nevada de los últimos 60 años? Solo le pido que se relaje.

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