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Lourdes Bustelo (centro) y Ernestina Fernández, en el homenaje a su trayectoria en Cáritas.
Voluntarios de viejo y nuevo cuño

Voluntarios de viejo y nuevo cuño

Un documental sobre el tejido asociativo repasa su trayectoria y su contribución a la dinamización de la vida en los pueblos

I. GÓMEZ

Domingo, 14 de diciembre 2014, 00:50

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En el Noroccidente hay más de 200 asociaciones activas y una docena de proyectos de voluntariado. A veces, sus métodos y ámbitos de actuación coinciden o se complementan, lo que les anima a trabajar juntos para cubrir carencias; situaciones que, de otro modo, quedarían desatendidas. Por eso, el Día Internacional del Voluntariado que se conmemoró ayer en La Caridad homenajeó a quienes trabajan de forma desinteresada con colectivos desfavorecidos, rindió tributo a las asociaciones que dinamizan la vida en los pueblos y ánimo a los más jóvenes para que engrosen las bases de estos grupos.

Los aplausos se concentraron en Ernestina Fernández, directora de Cáritas en Vegadeo, y su compañera de 'filas' Lourdes Bustelo, quien se ha visto obligada a aparcar su labor desinteresada en el ropero por motivos de salud. Sin embargo, deja un poso importante: «Lourdes es esa viga especial sin la que la casa se tambalea», dijo Fernández ante una amiga a la que cogieron por sorpresa: «¡Si lo sé, no vengo!», afirmó emocionada.

Fernández repasó algunos de los momentos más difíciles que ha afrontado como voluntaria de Cáritas, una entidad con catorce años de trayectoria, en la que «no solo es dar, también es darse». Por eso, continuó, «a veces los problemas te los llevas a casa, pero también tiene su parte positiva».

El trabajo de Cáritas de Vegadeo con los colectivos en riesgo de exclusión, mayores o inmigrantes y el perfil de quienes realizan estas tareas representan al conjunto del movimiento. Según detalló Laura López, responsable del Centro de Voluntariado y Participación Social de la Fundación Edes, el perfil tipo del voluntario es una mujer de avanzada edad o personas muy jóvenes, mientras que el representante del movimiento asociativo es un varón de mediana edad. En cuanto a los ámbitos de actuación de los voluntarios, «la mayoría son proyectos de apoyo a personas mayores, con discapacidad o en riesgo de exclusión», lo que deja un importante espacio por cubrir en atención a la infancia.

La labor del movimiento asociativo quedó patente en un documental presentado ayer en el que se repasa la trayectoria de personas y grupos y su contribución a la vida de los pueblos. Todos los testimonios resaltan los buenos momentos y animan a los jóvenes a tomar el testigo. Jóvenes como Nuria López y Joice Kelly Fernández, que a sus 17 años colaboran con el programa de Ocio y Tiempo Libre de la Fundación Edes. Una experiencia, dijeron, «muy recomendable».

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