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DAVID SUÁREZ FUENTE
Lunes, 23 de enero 2017, 00:44
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La iglesia de San Pedro de Tineo acogió ayer el homenaje a Cándido García Tomás, quien fuera párroco durante más de 44 años en el concejo y que falleció el pasado mes de noviembre causando una gran pena en todo el occidente. La misa estuvo presidida por el arzobispo de Oviedo Jesús Sanz Montes, quien recordó al sacerdote como una persona «orgullosa de esta tierra, que hizo suya», ya que él era natural de Cangas de Onís. Sanz Montes recordó la última vez que visitó a Cándido en el hospital, quien le confesó que se encontraba mal desde algún tiempo pero «no quería dejar a sus parroquias sin la celebración de todos los santos y fieles difuntos», apuntó alabando el compromiso que este párroco tenía con los feligreses.
Tras la misa, el propio arzobispo, y el actual administrador de la parroquia, Celestino Riesgo, descubrieron una placa en honor a Don Cándido, como era conocido, en la que se pone en valor el «alma caritativa y entregada» con la parroquia tinetense desde diciembre de 1987 hasta el día de su muerte el 27 de noviembre de 2016.
Al acto acudieron familiares, compañeros del seminario, amigos y feligreses, que casi llenaron la iglesia para rendirle homenaje a «un hombre comprometido con la doctrina social y con el campo», indicaba su sobrina Selina García Labra, quien no pudo evitar contener las lágrimas durante la ceremonia al recordar a su tío. También estuvo presente Aquilino Fernández, profesor de Historia en el Instituto de Tineo, y compañero de Cándido García, que también fue profesor de religión «era una persona muy entregada», rememoró.
Asistieron Alfonso Pereira y Emilio Fernández, compañeros del seminario de Don Cándido. Además, estaba presente el joven Raúl Carbajal, maestro, quien destacó del fallecido «su cercanía a la juventud». También acudieron varios de sus alumnos y feligreses a los que bautizó y entregó la primera comunión.
Un hombre que permanecerá en memoria de todos los tinetenses también por su defensa del colectivo vaqueiro y su petición de perdón en nombre de la Iglesia por las discriminaciones que sufrió este pueblo, además de los sermones reivindicativos que cada año pronunciaba en la fiesta local de San Roque, con demandas y peticiones de mejora de las infraestructuras en toda la comarca.
No faltaron las referencias a su gran trabajo pastoral, pero también a su labor en el ámbito social, participando y asesorando en todo lo referente al mundo rural.
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