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D. LUMBRERAS/L. ÁLVAREZ
Jueves, 23 de febrero 2017, 00:04
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El juicio por el accidente laboral en el que un trabajador perdió la vida en la mina de oro de Carlés (Salas), en la madrugada del 22 de noviembre de 2011, quedó ayer visto para sentencia. Tras la vista, la Fiscalía mantuvo la petición de tres años y medio de prisión para el único acusado, jefe de relevo en la explotación minera en el turno de la mañana, por un delito contra la vida y salud de los trabajadores y otro de homicidio imprudente.
Es la misma ocupación, pero en el turno de noche, que desempeñaba el fallecido, el ingeniero Roberto Fernández García, de 35 años. Este último quedó atrapado entre una mini-retro excavadora y un camión, que había registrado una avería durante la mañana anterior. En el momento del suceso, los dos vehículos acababan de sufrir una pequeña colisión y la víctima se había acercado a comprobar lo ocurrido. En ese momento, el camión se abalanzó hacia delante, atrapando al ingeniero técnico contra la mini-retro y causándole la muerte.
La Fiscalía, única acusación en el caso, entiende que el acusado era el jefe de relevo en el turno en el que se detectó la avería del camión y, por tanto, «jefe directo y máximo garante de la seguridad de los trabajadores». El órgano fiscal entiende que se priorizó la puesta en funcionamiento del vehículo, a pesar de que «el mecanismo del freno de estacionamiento no actuaba conforme a lo indicado en el manual de operario del vehículo».
Durante el juicio celebrado ayer, el acusado negó que el mecánico que trabajó en la avería del camión estuviese bajo su mando o hubiese hablado con él y explicó que no había visto el parte mecánico hasta que fue llamado a declarar. Además, el conductor del camión señaló que había notado problemas en el vehículo, que comunicó tanto al fallecido como al vigilante, «y dijeron que anduviese así». También prestó declaración el conductor de la mini-retro, que no supo explicar por qué el fallecido no reaccionó apartándose: «No sé, por despiste de él. Yo me aparté y él se quedó en medio. Estaba mirando para él y solo vi el camión atraparlo».
Para la defensa, la petición de la Fiscalía, «carece de todo fundamento probatorio» y no se ha probado la intervención del acusado «y sí indicios de que se cumplió el protocolo», por lo que entiende que «debe ser absuelto con todos los pronunciamientos favorables».
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