Secciones
Servicios
Destacamos
BELÉN G. HIDALGO
BARCIA (VALDÉS).
Lunes, 4 de diciembre 2017, 00:33
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La instalación de la mina de arcilla blanca de Barcia sigue despertando desconfianza en el concejo. Al recelo de los vecinos en la tramitación para su puesta en marcha se suma ahora la Asociación Valdesana de Turismo Rural, Avatur. El pasado 30 de noviembre, el colectivo presentó en el Ayuntamiento de Valdés un escrito solicitando al Consistorio que requiera a la empresa Minerales Industriales del Cantábrico para que explique a los valdesanos el proyecto que pretenden desarrollar en Barcia. «Creemos que es lo mínimo que pueden hacer», dice el presidente del sector, Alfredo Blanco, según quien «se trata de una actuación que afecta a todo el concejo, no solo al pueblo de Barcia».
La semana pasada, el director del proyecto de la empresa afirmó a este diario su intención de continuar con la tramitación para la explotación del proyecto de Los Praducos. Una semana antes, el concejal de Obras de Valdés y alcalde-presidente de la parroquia rural Barcia y Leiján, Ricardo García Parrondo, anunció la intención de la entidad local de rescindir el contrato con la empresa minera. Ésta, en cambio, aseguró días después que «habían realizado los trámites oportunos» para poder presentarlo ante la Administración así como que «el último proyecto incluye ya las alegaciones vecinales».
Desde Avatur, Blanco afirma que han registrado esta solicitud con el objetivo de conocer el proyecto presentado ahora «con las modificaciones que han realizado incluyendo las alegaciones presentadas por los vecinos». Desde el colectivo aseguran desconocer en qué momento de la tramitación se encuentra el proyecto, así como si realmente las modificaciones realizadas por la empresa sobre el proyecto inicial «se ajustan o no a las alegaciones formuladas por la parroquia».
Para Blanco, la propuesta de instalar una mina de arcilla en Barcia es un «esperpento» y un «desastre». Afirma que «ahora mismo no se puede» porque «sería ilegal». Y es que su puesta en marcha precisa de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Además, Blanco apunta que la puesta en marcha de esta explotación traería una serie de «enormes inconvenientes» a la parroquia y al concejo. Hace alusión así a la proximidad que tendría el yacimiento con las viviendas, a los efectos que los expertos indican que tendría sobre la salud de los residentes y al daño que los ecologistas creen que ocasionaría sobre los acuíferos.
El alcalde de Valdés, Simón Guardado, afirma que «la única respuesta a ese escrito registrado en el Ayuntamiento es que se pongan en contacto con la minera», concluyó, evitando entrar en la polémica suscitada. Mientras, en Minerales Industriales del Cantábrico afirman no tener constancia de ningún requerimiento.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.