El centro social de personas mayores de Cangas recupera el filandón

No faltaron tampoco las sorpresas. Entre el público se encontraba el músico Emilio Álvarez, más conocido como 'Emilio, el de Fonceca', que no dudó en sacar el acordeón y junto a su hija, Liliana, contribuir a amenizar la espera. Algunos se arrancaron a bailar. Otros, en cambio, libretos en mano, mostraban cierto nerviosismo camuflados entre las primeras filas del público. Eran los integrantes del coro del centro, cuyo debut todos esperaban para el próximo mes de diciembre. Sin embargo, tomaron el relevo y pidiendo disculpas por adelantado, entonaron la habanera titulada 'La bella Lola' con aplomo. El público respondió con un caluroso aplauso.

El olor a castañas no tardó en entrar en escena. Durante el reparto, el acordeón volvería a sonar; pero antes, Liliana Álvarez, quiso dedicar la actuación a su abuela, la popular María la del Acebo, que cardaba lana en el mismo escenario. «Es un momento muy especial para mi. Sobre este escenario nos encontramos tres generaciones de mi familia», explicaba al público. Una jota y el son d'arriba levantaron a varias parejas del asiento. Un broche musical que abrió aún más el apetito a las decenas de asistentes que ayer merendaron castañas y vino en una jornada donde la nostalgia de otros tiempos regresó al presente y se convirtió en fiesta.