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A empujones

ANTONIO OCHOA

Domingo, 28 de enero 2018, 00:58

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Dada la proliferación de normas absurdas, ridículas y perniciosas con que continuamente nos afligen, podríamos pensar que los españoles somos líderes continentales indiscutidos en número de legisladores incompetentes y corruptos. Pues tal vez seamos los primeros, pero Bruselas no nos va muy a la zaga en tonterías. No me extraña que Puigdemont haya escogido esa ciudad para vacaciones. Claro que el Parlamento Europeo suele ser el destino final de muchos de nuestros políticos caídos en desgracia y, dado que hasta la fecha no nos han devuelto a ninguno a patadas, seguramente los demás no serán mucho mejores. Y, por si no tuviéramos bastante con los nos caen desde Oviedo y Madrid, los genios de Bruselas han decidido asestarle otro golpe al campo asturiano.

Resulta que el principal peligro para el medio ambiente no son los tubos de escape, ni las chimeneas, ni los residuos radiactivos, ni los plásticos, ni los metales pesados. Son las vacas, esos condenados animales que no paran de contaminar los prados con su orín y sus cacas. Y eso no puede ser. Los sensibles ojos y las delicadas narices de los turistas no deben ser ofendidos por algo tan grosero. Debemos enterrar rápidamente estos residuos para que no se noten. Suele haber mucha competencia para el premio a la Gilipollez del Año, pero en esta edición el jurado lo tendrá fácil.

Algunos iluminados saldrán diciendo que no es tan complicado enterrar el orín y eso es cierto en las llanuras centroeuropeas. El problema es que, para hacerlo aquí, habrá que enterrar también montones de horas de trabajo, millones de euros en maquinaria e instalaciones y, en las zonas de montaña, supondrá en la práctica el abandono de muchos terrenos. Quizás éste sea el objetivo final, quizás les hacemos quedar mal con nuestra carne y leche de calidad y quieran imponer sus filetes producidos en serie o importados de lugares donde los controles de calidad se les hacen a los billetes.

Quizás quieran echarnos de nuestra tierra a empujones y éste sea uno más.

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