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El dron sobrevoló el nido encontrado en Otur. D. S. FUENTE
Preocupación en Otur por un nido de avispa asiática a treinta metros de altura

Preocupación en Otur por un nido de avispa asiática a treinta metros de altura

Cepesma realizó pruebas con un dron para mejorar la lanza térmica que puede aumentar la temperatura del avispero y acabar con los insectos

DAVID SUÁREZ FUENTE

OTUR (VALDÉS).

Viernes, 3 de noviembre 2017, 04:42

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A más de treinta metros de altura se encuentra un nido de avispa asiática que tiene preocupados a los vecinos del barrio de Villar de Sabugo, en Otur. «Las avispas nos entran en casa y tenemos miedo a que nos piquen», explicaba Ana Isabel Pérez, quien hace más de dos meses que dio aviso al Centro de Coordinación de Emergencias 112. De hecho, el nido se encuentra marcado pero «no lo quitan porque está demasiado alto y no tienen medios», dice esta vecina, quien ha llamado en varias ocasiones al Principado y «no me dan solución».

El nido está ubicado en la bajada de la playa de Otur, a escasos cuarenta metros de las viviendas, y continúa activo. «El otro día me entró una avispa en el baño mientras me duchaba», dice Pérez, quien ya ha comenzado a tomar medidas para evitar que a sus dos hijos de 2 y 6 años les puedan atacar. «Solo abrimos las ventanas con las persianas cerradas y evitamos que pasen demasiado tiempo fuera de casa», dijo.

El enorme avispero ha ido creciendo con el paso del tiempo. La Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), ha utilizado el dron del Parque de la Vida, para realizar ensayos con la lanza térmica y acabar con los insectos que guarda en su interior.

El director del Parque de la Vida y presidente de Cepesma, Luis Laria, ha explicado a EL COMERCIO que las pruebas realizadas en este nido son para «desarrollar los componentes de estabilización y sistema de lanza del dron». De hecho, todavía no se ha actuado sobre él con un sistema que «se inyecta un líquido a alta temperatura sin que interfiera con productos químicos en el medio». Se trata de aumentar la temperatura del nido, que oscila entre los 34 y 36,5 grados centígrados, entre y ocho y diez grados. De este modo, todas las avispas y larvas fallecen ya que «no tienen reguladores térmicos», explicó Laria.

Desde Equo Asturias han instado a los gobiernos regional y estatal a que busquen soluciones que «impliquen algo más que la detección y control», reclamó Ernesto Redruello, portavoz de la formación.

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