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Cientos de curiosos y turistas siguieron con interés la plantación de la hoguera de San Antolín.
Hoguera de 37 metros para San Antolín

Hoguera de 37 metros para San Antolín

Los vecinos de Naves daban comienzo ayer a las fiestas en honor al patrón de la localidad

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Martes, 2 de septiembre 2014, 00:25

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La localidad llanisca de Naves iniciaba en la tarde de ayer los festejos en honor a San Antolín, el patrón del pueblo. Y comenzaban con la plantación de una hoguera de 37 metros, para continuar con juegos infantiles y una carrera de burros en la que los jumentos tenían que dar tres vueltas a la grandiosa finca de La Casona, hasta completar un recorrido de 2.100 metros. Y remataron la jornada con una verbena en la plaza de la Bolera, la glorieta que representa el pulmón de los simpatizantes de San Antolín. Tan es así, que en la camiseta azul de la fiesta de este año aparece una frase que dice «La Bolera por montera».

De ir a cortar la hoguera, un eucalipto de 37 metros, se encargaron los entusiastas Jacinto Vela y José Tielve 'Chispa', quienes anunciaban su regreso al pueblo con la suelta de potentes voladores. Talaron el árbol en una profunda laguna de la riega de los Muertos, «donde no penetra el sol, las estrellas ni la luna», en parajes próximos a la localidad de Los Carriles.

Superadas las siete de la tarde, más de medio centenar de rapaces se echaban el eucalipto al hombro para trasladarlo hasta la finca de La Portiella, donde tendría lugar la plantación. Iban acompañados por otro medio centenar de mozas ataviadas con el traje de llanisca y también formaban parte de la comitiva el gaitero Santi Galguera y el tamboritero Ángel Rey. Para aproximar el árbol al hoyo, de más de cuatro metros de profundidad, recurrieron a un sistema que ya utilizaban los egipcios en la construcción de las pirámides: el desplazamiento por deslizamiento con la ayuda de varios cilindros de madera.

De nuevo Jacinto Vela y José Tielve se convertían en protagonistas de los preparativos para la plantación, al ser ellos los encargados de colocar las cuerdas y situar las banderas de España y Asturias en la cima del eucalipto. Los espectadores ya se contaban por centenares y no faltaron voluntarios para arrimar el hombro al madero. En menos de 30 minutos el eucalipto ya estaba en posición vertical y durante los próximos 365 días será el encargado de anunciar a los navizos por dónde sopla el viento. Eso sí, los plantadores contaron en todo momento con el apoyo de las aldeanas que no dejaron de animarles con los cánticos de sus tradicionales coplillas.

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