Borrar
Los agentes inmobiliarios llaniscos estiman que en 2014 se llevan vendidos 140 pisos, procedentes de liquidaciones bancarias y particulares en apuros hipotecarios.
La banca manda en el ladrillo

La banca manda en el ladrillo

La mayoría de las operaciones de venta de segundas viviendas que se cierran en la comarca proceden de liquidaciones bancarias o de gente incapaz de hacer frente a la hipoteca

GUILLERMO F. BUERGO

Domingo, 19 de octubre 2014, 01:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Llanes y Ribadesella, lugares de culto para el hormigón y el ladrillo hasta 2007, siguen sin Plan General de Ordenación (PGO) y los agentes inmobiliarios que operan en ambos concejos adelantaban esta semana que perciben un repunte en las ventas gracias al traspaso de las llamadas segundas viviendas. Se trata de pisos y viviendas unifamiliares que proceden de liquidaciones bancarias o de personas que compraron un piso para especular o pasar unos días en la playa y ahora no pueden hacer frente a una inalcanzable cuota hipotecaria. Esos mismos expertos inmobiliarios avisan de que el urbanismo del futuro no se parecerá en nada a aquel que un buen día conseguía acercar el alfiler a la burbuja inmobiliaria. Hasta que explotó. Aseguran los agentes que en caso de que se vuelva a construir, jamás al frenético ritmo de antes, el precio del suelo tendrá que bajar un 35% y que el beneficio de los promotores y constructores, que llegó a ser del 40% , deberá reducirse hasta el 15 o el 20%, como mucho. Los bancos son ahora los dueños de los cuatro palos de la baraja.Las grandes grúas que cansinamente abastecían de material a los obreros de la construcción de viviendas han desaparecido de todos los concejos de la comarca, especialmente de los municipios de Llanes y Ribadesella, lugares en los que con mayor entusiasmo se rindió culto al hormigón y al ladrillo. Desde hace un lustro la actividad en el sector es prácticamente inexistente y el año 2013 fue el peor ejercicio de la historia para el negocio inmobiliario español. Y aunque en 2014 los agentes que operan en la comarca oriental asturiana hablen de «un año positivo», la recuperación ha pasado a ser un acto de fe porque «venimos de tiempos muy malos y cualquier mejoría estimula». Hay algo que el ciudadano y los mediadores inmobiliarios de la zona tienen muy claro: «No se construye nada y la mayoría de las ventas tienen como denominador común la segunda vivienda».

¿Qué se entiende por segunda vivienda? Se conoce como tal a los inmuebles que ya han sido transmitidos en una o más ocasiones. Nada que tenga que ver con su año de construcción, el estado en el que se encuentre y ni siquiera que se haya llegado a estrenar, como sucede con las propiedades que se adjudicó la banca procedentes de embargos o daciones en pago. Y es que desde hace cinco años la banca es el principal actor en el mercado inmobiliario de segunda mano. Aplican una política agresiva en ventas y ofrecen facilidades de financiación al que quiera comprar las innumerables viviendas que tienen en cartera. El otro foco del mercado de la segunda vivienda tiene como protagonista a aquellas personas que compraron un piso para especular o para disfrutar de una segunda residencia y con la crisis económica son conscientes de que no pueden hacer frente a una sangrante cuota hipotecaria. Y esos confiados ciudadanos son legión en Llanes y Ribadesella, dos municipios costeros que por no tener hasta carecen de un Plan General de Ordenación (PGO) que ofrezca seguridad jurídica a propietarios, compradores y promotores. En Ribadesella trabajan con unas Normas Subsidiarias de 1997 y a los llaniscos casi les faltan dedos en una mano para contar las veces en que los tribunales anularon los sucesivos PGO. Un desastre.

Y ante semejante desgracia cabría preguntarse, ¿cómo será el urbanismo del futuro en Llanes y Ribadesella? Los expertos pronostican que «la mayor bajada, que tiene que producirse, afectará al precio del suelo y no a los costes de la construcción». Y esos agentes se atreven a adelantar cifras. «El suelo bajará un 35% en relación a lo que se venía pagando en los momentos gloriosos de la burbuja inmobiliaria y el margen de beneficio de los constructores, que llegó a ser del 40% en algunas promociones, tendrá que reducirse hasta el 15 o el 20%, como mucho».

Eso sí, al llevar cinco años sin que en las fincas de la zona se haya puesto un ladrillo, la bolsa de pisos disponibles va a la baja, en buena lógica. En los nueve primeros meses de 2014 se calcula que en Llanes cambiaron de dueño unos 140 pisos: «40 procedentes de liquidaciones bancarias, principalmente en la villa de Posada, y otros 100 propiedad de particulares» muy necesitados de vender. El goteo en las ventas también se detecta en Ribadesella, donde Roberto Rojo, del grupo inmobiliario Rianorte, confirmaba que desde enero de 2014 habían vendido «23 inmuebles», entre pisos, unifamiliares y terrenos.

¿Quiénes son los compradores actuales de vivienda? Desde el sector bancario aseguran que «en Ribadesella y Llanes hay gente con capacidad económica para comprar pisos y terrenos, pero no quieren meterse en el lío inmobiliario». Así pues, los compradores son foráneos. Antes eran «exclusivamente vascos y madrileños y ahora llegan desde cualquier punto de España y hasta extranjeros en busca de grandes propiedades», explicaba Rojo.

Conocimiento extenso

No obstante, esos compradores ya no vienen con los ojos cerrados a la tierra que se vendía como un lugar paradisíaco, con la inestimable ayuda de los bancos que repartían euros a manos llenas, incluso a indigentes económicos. Conocen al detalle lo que se cocina en la zona y resulta imposible sorprenderlos. Detalla Borja Cue Corral, de la inmobiliaria llanisca Veri Corral, que «llegan informados a través de internet; conocen todas las propiedades en venta de la zona; entablan negociaciones serias para obtener rebajas en torno al 10%, y acuden con importantes cantidades de dinero en efectivo, por lo que no necesitan financiación de grandes sumas a través de una hipoteca». Son los nuevos amos de la baraja. A pesar de ello, cualquier inmobiliaria de Llanes tiene a la venta «400 pisos, 250 viviendas unifamiliares o adosadas y más de cien terrenos».

Esas inmobiliarias reciben el mayor aluvión de visitas en julio y agosto, «pero las mejores ventas se cierran a partir de septiembre y en la época de puentes festivos, después de que la familia haya reflexionado y comparado sentados en el sofá de casa», reconoce Roberto Rojo.

Lo que busca la mayor parte de los clientes sigue respondiendo al perfil de antaño: «Un piso de 60 a 65 metros cuadrados, con dos habitaciones, cocina, salón, baño, aseo y plaza de garaje». Un piso de esas características cuesta en el centro de Ribadesella «140.000 euros», pero en la zona de la playa, a 400 metros del arenal, saldrían hoy por «90.000 euros». Las razones principales son que en los lugares próximos a la playa, en las salidas hacia Tereñes y Colunga, «la competencia es mayor, hay cantidad de viviendas procedentes de liquidaciones bancarias, se traspasan infinidad de segundas residencias y la ubicación no es la mejor valorada», desgrana Roberto Rojo. En la villa llanisca de Posada, en su escape hacia Cabrales, se traspasaron este verano bastantes viviendas procedentes de liquidaciones bancarias. Se trataba de «pisos muy bien construidos, con dos habitaciones, trastero y plaza de garaje». Se colocaron en «114.000 euros. El metro cuadrado útil sale a 1.700 euros y a 1.300 el construido».

¿Y qué le cuentan los bancos a quienes pican a su puerta en busca de financiación para comprar una vivienda? Desde las oficinas de las principales entidades bancarias que trabajan en Ribadesella y Llanes aseguran que «de cada cuatro solicitudes de hipoteca, solo se concede una», el 25%. Es una regla común, un catecismo de uso interno, volver a las normas de antes: «El solicitante debe aportar entre el 30 y el 40% del precio del inmueble; como mucho se concede el 80% del valor de la tasación; el futuro comprador tiene que presentar declaraciones de la renta, una nómina que respalde un trabajo estable, ingresos regulares y demostrables y que la cuota a pagar cada mes no exceda del 30% del sueldo reflejado en la nómina».

«El banco lo conoce todo»

En un largo monólogo, el sector bancario presume de que «dinero hay para dar créditos pero los bancos están cargados de inmuebles y en estos momentos es más rentable conceder préstamos personales». «A los bancos les gusta poner los huevos en diferentes cestas y no cargarse exclusivamente en un mismo sector». «El banco prefiere vender los pisos propios antes que sacarle las castañas del fuego a una inmobiliaria o a un particular». Y de sus clientes, «el banco lo conoce todo y sabe hasta dónde pueden llegar». A aquellos que no son clientes «se les escucha, se les exige y probablemente no se les conceda nada».

Para muestra un botón. Procedente de una liquidación bancaria se vendió recientemente en Ribadesella una vivienda unifamiliar de 151 metros cuadrados. Su precio anterior era de «212.000 euros» y el banco la traspasó en «174.000». El comprador aportó en dinero efectivo el 50% del precio de la venta y para cubrir el resto de la operación «le pusieron unas condiciones impresionantes de buenas, euribor más el 0,90%».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios