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GUILLERMO FERNÁNDEZ
Domingo, 19 de octubre 2014, 01:12
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La carrera de los Autos Locos ya no es una novedad en Ribadedeva, pero ha pasado a convertirse en una actividad de presencia multitudinaria y una prueba a medio camino entre la competición y la diversión. La carrera alcanzaba ayer su cuarta edición y está patrocinada por el Ayuntamiento de Ribadedeva y promovida por la asociación Ribadedeva Cultura y Naturaleza, entidad que preside el incombustible Juan Ignacio Castaño.
A la cita decidieron acudir quince participantes en la categoría absoluta y cuatro en el segmento infantil. Los vehículos estaban fabricados por los propios participantes y tenían que acogerse a un reglamento que establecía la características de los bólidos, medidas de seguridad y número de ocupantes de cada vehículo. El recorrido no era complicado puesto que se salía desde la puerta de la Casa de Piedra y la meta se encontraba instalada frente al edificio del Ayuntamiento. Centenares de curiosos no quisieron perder la ocasión de divertirse como espectadores.
No había premios en metálico y simplemente se reconocía la presencia en los anales de la historia local para los vehículos más originales, los que contaran con el mejor diseño y a aquellos que invirtieran el menor tiempo en llegar a la línea de meta. Por tiempos venció 'Chiruca Sport'; en originalidad se imponía 'Operarios del Ayuntamiento', y en diseño ganaba 'La Atalaya, bala azul'. Entre los más jóvenes, 'Mariscos Ríos' se llevó el galardón al diseño y 'Troncos Wagen' triunfaba por su originalidad. En la categoría infantil se llevaba el premio 'Pájaro Man'.
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