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JUAN GARCÍA
Jueves, 30 de octubre 2014, 00:17
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El desafío deportivo que se ha marcado el barranquista Jorge Núñez va viento en popa. El riosellano quiere convertirse en el primer hombre del planeta capaz de descender en solitario los cinco mayores barrancos del mundo y a día de hoy solo le quedan tres. El 'Desafío Isla Reunión', nombre con el que ha bautizado su reto humano y deportivo, llegará este jueves al meridiano, cuando asalte el más técnico y peligroso del globo, el Trou de Fer por la vía Bras Cavernet, el único de Grado VII. Núñez y su equipo de apoyo lo inspeccionaron el pasado domingo, «reforzando reuniones y analizando su situación». Teniendo en cuenta que las predicciones meteorológicas son buenas hasta el domingo, ha decidido adelantar acontecimientos. «Tengo que hacerlo ahora para que no me coja una crecida de caudal que me mantenga dentro dos o tres días. Además, tengo muchas ganas de encontrarme a solas con él, así que espero hacerlo a partir del jueves y moverme con rapidez al igual que en los dos anteriores», explicó este experto barranquista.
Hasta ahora ha descendido los barrancos Dudú y Takamaka. El primero lo adelantó al miércoles 22 de octubre, recién llegados a Isla Reunión. Tras la inspección matinal realizada junto al resto del equipo, integrado por Alejandro Escanero y Ramón Villarroel, decidió acometer el descenso en solitario en esa misma jornada. «Comí algo me hidraté bien y volví para dentro, completando el recorrido en dos horas y ocho minutos», afirmó. Lo peor el retorno, «que fue muy duro por la selva y con 27 kilos de material en la mochila». En el barranco Dudú se encontró con verticales de 85 y 145 metros, pero le resultó sencillo gracias a la motivación del primer día y al largo entrenamiento que ha acumulado a lo largo del año. «Tengo metros de cuerda rapelados para regalar», aseguró.
El resto de días, hasta el martes 28 de octubre, los dedicaron a inspeccionar el resto de barrancos en equipo. Ese día acometió el Takamaka, uno de los «objetivos fuertes» del desafío. Como el lunes estuvo lloviendo sin parar, cuando el martes llegaron a la cabecera del barranco se encontraron con mas caudal de agua que lo esperado. Aún así, Jorge Núñez decidió afrontarlo. «Empecé un poco tenso, sobre todo en la primera cascada de 65 metros en aéreo con mucho agua por encima y muchos nervios», explicó. En el primer descanso se relajó, se concentró y pudo completar el recorrido en tres horas y diez minutos. «Fue muy rápido, ya que lo normal es utilizar nueve horas. Este descenso me dejó marcas del esfuerzo en la espalda y roces por todo el cuerpo. Me ha desgastado mucho», añadió. Por ese motivo, Jorge Núñez dedicó la jornada del miércoles 29 a descansar y recuperar fuerzas para afrontar el Trou de Fer «con garantías y sin percances». A pesar del cansancio, sus últimas palabras fueron de agradecimiento hacia todos los que están siguiendo la evolución de su desafío desde España y en concreto desde Asturias. «La verdad es que da gusto ver que te siguen y animan desde la distancia. Esto te motiva mucho. Así que gracias a todos», señaló antes de despedirse y acostarse tras completar el Takamaka.
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