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Tito Rojo insiste en que las quemas controladas deben hacerlas los propios ganaderos. :: g. f-b.
«El fin de la ganadería está cerca»

«El fin de la ganadería está cerca»

Tito Rojo, miembro del colectivo 'Con lobos no hay paraíso', analiza la nueva PAC, los daños del cánido y el foco de tuberculosis bovina

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Domingo, 1 de marzo 2015, 01:23

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En enero y febrero, el Principado no escatimó esfuerzos para reunirse con ganaderos de los concejos de la comarca para trasladarles información detallada sobre la aplicación de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2014-2020. La directora general de Ganadería, Rosa Urdiales, les adelantaba que «ofrece menos dinero, es menos común y conduce a la desregularización de los mercados». Cifró el descenso de las ayudas en un «11,3%» al pasar de 420.000 millones de euros a los 373.000 millones para el sexenio. España recibirá en 2015 más de 5.000 millones y la aportación para Asturias disminuye en «3,5 millones».

Hay más. Urdiales les comentó que la nueva PAC será «prolija, enrevesada, complicada, difícil de justificar y abundante». De hecho los agricultores y ganaderos españoles estarán afectados por «cuatro Reglamentos comunitarios, seis Reales Decretos del Estado y una Resolución autonómica».

Un ganadero emblemático de la comarca, como Benedicto Rojo Traviesa, 'Tito Rojo', vecino de Bobia -en el concejo de Onís-, y propietario de 150 vacas de valles y cruzadas, 100 ovejas y 25 yeguas, que viven a expensas de 80 hectáreas de terreno propias y 180 comunales, adelantaba que «asistí a cinco reuniones de la PAC y en cada una se dijo una cosa distinta y existía diferencia de criterios en las explicaciones. Estoy totalmente desconcertado», comentaba.

Tito Rojo sabe que las ayudas dependen de «las hectáreas aportadas por cada uno y del número de animales». Y conoce que «al concejo de Onís ya le descontaron 600 hectáreas en 2014 y se prevé que a partir de ahora se reduzcan en un 45% más al descubrir que están llenas de matorral de más de 40 centímetros o forman parte de la pendiente».

Pero también ofrece soluciones para que el número de hectáreas computables para recibir ayudas no continúe a la baja: «Es necesario realizar desbroces y quemas controladas. Y de hacerlo, tienen que encargarse los propios interesados, los ganaderos y agricultores. El chiringuito de quemas que tiene montado el Principado no funciona. De hecho, el último año, en Onís no desbrozaron ni quemaron nada».

De no encontrar las vías adecuadas para poner en valor la vida del ganadero, Rojo adelanta que «el fin de la actividad está cerca». «En Asturias se están cerrando tres ganaderías diarias, mil al año», sentencia.

Cansados

Rojo también se explaya sobre «otro chiringuito que tampoco funciona». Se refiere a los «daños del lobo en las sierras de Cuana e Hibéu». Lugares catalogados como «zonas libres de lobos, donde hay tres grupos familiares matando a sus anchas sin que nadie los toque». Y pronostica que dentro de dos meses, con la salida del ganado hacia los pastos, «los daños van a ser muy graves». Pero dice que muchos ganaderos, ya cansados, «no dan parte de las bajas, porque es perder el tiempo y al final no te pagan nada».

Sobre la tuberculosis bovina, Rojo denuncia que en el Oriente existe «un foco que no se supo controlar». Culpa «al Principado, que no hizo nada. Solo están pendientes de los votos. Tenemos malos gobernantes y peores peones», esgrime. Y concluye argumentando que «la vaca está para hacer dinero, tiene un precio y las bajas hay que pagarlas a su debido tiempo y lo que corresponda».

Después de enumerar estas tres carencias, lo más parecido a las plagas bíblicas, adelanta que habrá una manifestación de ganaderos por las calles de Oviedo, el 17 de abril. ¿Qué van a pedir? «Cambios en la PAC y en la legislación sobre el saneamientos del ganado, el tratamiento de los montes y los daños del lobo. También que se promuevan desbroces y se acabe con los acotamientos de pastos».

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