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Una familia en la mañana de ayer en la llanisca playa de Toró, una de las que recibirán aportes de arena.
La difícil recuperación de las playas llaniscas

La difícil recuperación de las playas llaniscas

El geólogo Germán Flor analiza los planes de Costas para paliar los daños de los temporales

ANDREA INGUANZO

Domingo, 19 de abril 2015, 00:42

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De nuevo a vueltas con las playas de Llanes se encuentra la Demarcación de Costas de Asturias. El departamento estatal ha decidido actuar de urgencia en los cuatro arenales que el año pasado se vieron gravemente afectados por los fortísimos temporales que azotaron las costas en el invierno de 2014. Fueron, según indican los expertos, mareas históricas de las que no se tenía constancia desde al menos el siglo XVIII. De ahí sus efectos que, aunque se han notado en numerosos arenales del litoral asturiano, con especial fuerza se siguen sufriendo en Cuevas del Mar, Buelna, Toró y El Sablón, las cuatro playas llaniscas en las que aún es necesaria una intervención ya que de forma natural no han terminado de regenerarse.

Era a principios de esta semana cuando el jefe de la Demarcación de Costas, Ramón Galán, anunciaba que entre el paquete de actuaciones que se estaban llevando a cabo de urgencia tras los temporales ocurridos también este pasado invierno se iba a incluir además el aporte de arena en estas cuatro playas llaniscas, la única intervención prevista en la comarca oriental.

Previamente se está analizando el sedimento a utilizar, que procederá de la bocana del puerto de Llanes, para comprobar su compatibilidad. Si finalmente son favorables, la dinámica utilizada serán los vertidos directos a la playa. No se ha hablado de cantidades aún, teniendo en cuenta que, a raíz de conocerse los planes del organismos estatal, han sido muchas las voces que se han adelantado advirtiendo que no todos los arenales se encuentran en el mismo estado de conservación.

En algunos las mareas sí han conseguido devolver buena parte de la arena que se llevaron en aquel momento. Por ello, y porque además los problemas también son particulares y diferentes en cada una de estas cuatro playas, tanto el Ayuntamiento de Llanes como los partidos de la oposición confiaban también en los últimos días en que la intervención de Costas no se limite únicamente al aporte de sedimento.

Matices

El geólogo de la Universidad de Oviedo Germán Flor Rodríguez, gran conocedor de las playas asturianas y sabedor de los cambios que gran parte de ellas han experimentado tras los duros temporales de 2014, analiza en profundidad las actuaciones previstas y las prácticas más beneficiosas para estos espacios naturales.

Para este experto, los aportes de arena son la solución más indicada, pero incluiría algunos matices. Por ejemplo, la decisión de distribuir el sedimento que se extraiga de la zona portuaria de Llanes por los cuatro arenales le parece «equivocada». «El sedimento de la zona portuaria debería utilizarse únicamente en El Sablón y Toró, porque pertenecen al mismo prisma arenoso. Si se extrae una mayor cantidad para repartir entre las cuatro playas, se corre el riesgo de que en estas dos primeras la arena comience a escasear en mayor cantidad, al producirse una falta de sedimento en todo el conjunto», detalla el geólogo.

Flor Rodríguez recuerda que, a disposición de la Demarcación de Costas existe un documento elaborado en 1992 por encargo del antiguo Ministerio de Obras Públicas que detalla la cartografía de fondos en un límite de 50 metros de profundidad. «Existen cantidad de yacimientos arenosos en el fondo sumergido, es cuestión de buscar», recalca el experto.

Es mucho más aconsejable la autoalimentación de las playas por la cual los sedimentos arenosos sumergidos de cada una de ellas pueden ser dragados y ubicados en la playa emergida, siendo la solución más rápida y respetuosa con el medio ambiente, aunque no la más económica», explica.

Reconstruir el proceso natural

Respecto a la petición reiterada de vecinos y gobernantes para la retirada o reubicación de piedras y cantos rodados en varios de los arenales afectados, Germán Flor Rodríguez es de la opinión de que «no se deben extraer, porque pertenecen al sistema y protegen a la playa en cierto modo del oleaje y la erosión de los acantilados». «Lo único que puede hacer la mano del hombre es intentar reconstruir el proceso natural, pero no interferir en él», puntualiza.

Y es que ante la también propuesta de ejecutar diferentes proyectos en playas como Cuevas del Mar, con la colocación de escolleras, el geólogo lo tiene claro «el hombre tiene que esforzarse en recuperar el sedimento, pero no a base de construcciones duras». «Si queremos seguir teniendo una Asturias natural hay que dejar de intervenir de un modo propiamente artificial», insiste.

Los temporales históricos ocurridos en 2014, por estadística, «no se espera que se repitan en 200 ó 300 años». Pero lo que sí es cierto es que el cambio por un ascenso del nivel del mar en curso está provocando «un retroceso dunar y en numerosas playas, a largo plazo, significará que permanecerán inundadas durante las pleamares, siendo únicamente practicables en marea baja».

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