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La capital de Piloña se convirtió ayer en una pequeña Andalucía, donde no faltaron los cánticos, los bailes y las costumbres típicas de la tierra.
El arte andaluz se impone en Infiesto

El arte andaluz se impone en Infiesto

Cerca de 500 caballos recorrieron las calles en el tradicional desfile de la Feria de Abril

ENRIQUE CARBALLEIRA

Lunes, 4 de mayo 2015, 00:45

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La Feria de Abril de Infiesto 2015 echó ayer el telón. Y nunca mejor dicho, porque la última de las actividades previstas fue una representación teatral que corrió a cargo del grupo 'Ensin reparu'. Pero la jornada dominical trajo muchas más cosas. Fue sin duda el día más importante de la feria, especialmente por el hecho de que esta edición fue la más espectacular, con mayor concentración de caballos, carretas y público.

Un año más, la procesión hasta el Santuario de la Cueva, la misa rociera y la bendición de los animales, no defraudaron, como tampoco lo hizo la meteorología, habitualmente complaciente con este día de despedida. Cientos de personas se congregaron en la capital piloñesa para no perderse ni un detalle del paso de carruajes y caballos. La comitiva rociera salió desde los terrenos de la piscifactoría, donde se habían concentrado caballos y jinetes. Entonces, los participantes atravesaron la calle Covadonga en dirección a La Cueva, observados por un sinfín de personas situadas en las aceras de la localidad, que ayer se encontraban protegidas con vallas para evitar posibles incidentes.

El recorrido, de aproximadamente un kilómetro hasta el Santuario de La Cueva, lleva aproximadamente una hora y según se concentran en el prado, los caballos van siendo ubicados con orden, a la espera de que todos lleguen a la zona para su posterior bendición. La marcha lenta, permitía en todo momento que el público pudiese contemplar los cuidados trajes que muchos visten y donde también resulta destacable el ritmo elegante de algunos de los caballos.

La pradería pronto quedó completa. La temperatura sumaba algunos grados más, aprovechando algunos para tomar alguna bebida refrigerante. Las mesas del área recreativa hacía tiempo que estaban ocupadas por familias enteras decididas a disfrutar con una comida campestre. Los caballos y carretas eran foco de numerosas fotografías. Ellos son el centro de la fiesta piloñesa. Este año se había registrado una inscripción previa de unos 140 caballos, aunque para la procesión, esta cifra fácilmente se duplica o triplica. Fuentes municipales hablaban incluso de la participación de cerca de 500 caballos en el desfile.

Los jinetes y amazonas participantes se desplazan al evento piloñés desde muy distintos puntos de la geografía regional. Muchos son habituales en la cita rociera y no quieren perderse una celebración que ha logrado posicionarse como uno de los eventos preferidos de los asturianos. Los presentes iban ocupando un lugar en el templo bajo la roca de La Cueva para seguir la ceremonia religiosa, que como siempre, resultó realmente vistosa. El marco del Santuario siempre constituye un escenario inigualable para este tipo de celebraciones y ayer no fue una excepción. El acceso resulta complicado debido a la necesidad de que la mayoría de los asistentes accedan por el estrecho pero vistoso puente sobre el río.

Antes de que diese comienzo la ceremonia, el párroco de Infiesto, Manuel García Velasco, en compañía de la alcaldesa de Piloña, Carmen Barrera, procedió a recorrer los alrededores bendiciendo a los distintos caballos. Tras el paso de los equinos por el agua bendita pudo dar inicio la misa, ambientada por el coro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Gijón.

Una vez concluida la ceremonia religiosa, llegaba el turno de reponer fuerzas. La hora de la comida también estuvo muy animada en los diferentes establecimientos hosteleros. Y no solo ayer, sino durante todo el evento. Encontrar una mesa libre ha resultado difícil y las reservas han sido altas, en líneas generales, tanto en Infiesto como en otros puntos del concejo.

Balance positivo

Concluida la jornada dominical, es tiempo de balances. Una nueva edición del evento rociero piloñés ha finalizado con éxito. Como suele ser habitual, las valoraciones resultan positivas en líneas generales. Desde el aspecto meteorológico, que resultó bastante amable con el evento, pese a algunas precipitaciones puntuales y suaves, al económico, pasando por el festivo, dejan un buen sabor de boca. También es destacable la ausencia de incidentes de importancia, en muchos casos gracias a la labor preventiva que se realiza en la organización de la Feria y a la presencia, siempre de agradecer, de la Policía Local y Protección Civil.

El concejo de Piloña sigue luchando por levantar cabeza y recuperarse de una crisis que se ha llevado por delante algunas de las más importantes empresas del concejo. Celebraciones como la Feria de Abril suponen un empuje económico muy necesario para cuadrar las cuentas anuales. Al igual que ocurre en todas las ediciones, tampoco faltan críticas a algunos aspectos de la feria como el elevado volumen de la música de las casetas, que provoca que muchos vecinos del entorno no puedan pegar ojo durante los días de celebración.

Este año el evento también dispuso de un tren turístico, encargado de recorrer la villa, transportando gente de un lugar a otro. En general, este nuevo transporte lúdico estuvo muy animado durante todas las jornadas y constituyó una pincelada más en el lienzo de la feria tan colorida y primaveral.

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