El cultivo y el impulso de la avellana interesan en Piloña

La Casa de Cultura Marqués de Vistalegre de Infiesto acogió ayer un nuevo encuentro centrado en la promoción del cultivo de avellana en el concejo piloñés. En este caso los colectivos implicados trabajan en la puesta en marcha de un proceso formativo que pueda ofrecer más personas y cosecheros preparados para mejorar las plantaciones e incrementar la producción. La cita fue impulsada por la plataforma Gabitu, que trata de alcanzar soluciones a la progresiva desaparición de los cosecheros, y también por el Centro el Prial y la asociación empresarial Coservi. Los organizadores consideran que el encuentro fue un éxito, puesto que se contó con la participación de unas veinte personas. A los asistentes se les pidió que cubrieran un test con el que valorar el tipo de formación, los horarios y las fechas que puedan ser más adecuadas.

Desde hace meses, cosecheros, Ayuntamiento y organizaciones del concejo tratan de hallar soluciones. Para ello se apoyan en un extenso y completo estudio desarrollado por el Centro El Prial, donde se recoge con cifras el intenso recorte en la producción avellanera local.

Una de las claves de este proceso de recuperación es la de tratar de buscar el compromiso de los jóvenes. En el estudio se constata la alta media de edad de los cosecheros, pero parece una labor complicada que la juventud se involucre en una actividad como ésta, «cuando los núcleos rurales cada vez están más despoblados».

La jornada de ayer fue especialmente positiva ya que la mayoría de los presentes eran jóvenes. Los implicados en esta iniciativa coincidieron recientemente en la necesidad de dar más valor a la avellana local, es decir, aumentar su precio. La calidad del producto justifica que se venda a más de cinco euros, que es el precio que se lleva manteniendo en los últimos años en el Festival de la Avellana. «Es un producto que tiene una gran dificultad a la hora de su recolección y a estos precios que se están pagando no compensa», señaló una cosechera, que recordó que esta falta de rentabilidad también supone un importante freno para la incorporación de los jóvenes.

Aunque la situación económica no es muy propicia, los presentes insistieron en que hay emprendedores dispuestos a comprar importantes cantidades de avellanas para su empleo en repostería, «y no encuentran suficiente fruto».