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Juan Tomás en 2004 en el monumento del Pozo de la Oración en uno de los actos del centenario del primer ascenso al Urriellu .
Merecido homenaje a los Martínez

Merecido homenaje a los Martínez

El Parque Nacional quiere rendir este año tributo a esta familia de escaladores

Terry Basterra

Miércoles, 3 de junio 2015, 03:05

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El Parque Nacional de los Picos de Europa está de celebración con motivo del 20 aniversario de su declaración por parte de las Cortes Generales. Por ello durante los próximos meses hay previsto realizar una serie de actos que sirvan para conmemorar esta efeméride que dio continuidad al Parque de la Montaña de Covadonga. Y entre estos actos hay uno muy especial que servirá para saldar una deuda histórica que tienen estas montañas con una de las familias de escaladores más vinculada a este territorio y que más amó y vivió por y para estos picos, en especial el Urriellu: los Martínez.

Así lo avanza el director del Parque Nacional, Rodrigo Suárez Robledano, quien explica que la idea que se maneja es la de descubrir una placa en su honor a la altura de la pasarela construida en la senda del Cares en 2012 para salvar el corte que se produjo a la altura de la zona conocida como La Madama de la Huertona como consecuencia de un gran argayo.

Tal y como recuerda Suárez Robledano la de los Martínez era una saga de escaladores muy ligada a los Picos de Europa. Naturales de la localidad cabraliega de Camarmeña, el padre de familia, Víctor, ascendió en 1916 en solitario al Urriellu utilizando la misma ruta que habían abierto en 1904 Pedro Pidal, el marqués de Villaviciosa, y Gregorio Pérez el Cainejo por la cara norte del Naranjo de Bulnes. Años más tarde, en 1924, abrió en la cara sur la conocida como la Vía Víctor, más sencilla que la utilizada hasta entonces.

Sus hijos Alfonso y Juan Tomás fueron también otros escaladores excepcionales. A los 14 años completaron su primera ascensión a la que es una de las montañas más famosas del país y en 1944 consiguieron encontrar también en la cara sur de Urriellu una ruta directa y aún más sencilla y segura que es desde entonces la más utilizada por los alpinistas, una vía que se llama la de los Martínez.

Tanto Alfonso como Juan Tomás fueron dos personas que hicieron de los Picos, además de su pasión, su modo de vida. Guiaron a centenares de personas por la vía que abrieron hasta la cima del Naranjo. Pero además de su excepcional habilidad para trepar, también trabajaron como guías o como guarda forestal, caso de Juan Tomás.

60 años en Caín

Éste último se trasladó a vivir a Caín, donde, tras casarse con una mujer natural de la localidad, residió durante 60 años hasta su muerte en septiembre de 2012 a causa de su incendio. Su hermano Alfonso prefirió Arenas de Cabrales. Los dos amaban los Picos y no quisieron alejarse nunca de ellos. Ahora el Parque Nacional quiere homenajear la memoria de esta familia con una placa en la senda del Cares, la ruta más frecuentada de este espacio protegido y que une los territorios de Asturias y León, algo que los Martínez también hicieron en vida.

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