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Un camarero sirve una caña a unos clientes en el chiringuito Borizu, que ha duplicado su espacio.
Los chiringuitos de Llanes pasan revista

Los chiringuitos de Llanes pasan revista

La colocación de carpas, contenedores de basura, baños públicos o adecuar aparcamientos son algunas de las demandas de los empresarios

SHEILA VACA

Martes, 30 de junio 2015, 00:26

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Los chiringuitos son el complemento perfecto de las playas. El verano es la estación ideal para disfrutar de unas cervezas o unas tapas junto al mar y ahí es donde entran en juego estos establecimientos hosteleros, perfectos para tomarse un respiro y sentir de alguna manera el espíritu vacacional. Llanes puede presumir de un gran abanico de arenales que cuentan, en muchos casos, con la presencia de estos bares playeros que llevan funcionando años, surtiendo a lugareños y turistas de lo necesario en estas fechas, algo más bien fresco. La existencia de una normativa algo confusa y no demasiado ajustada a las necesidades de los empresarios estuvo a punto de ocasionar el cierre de muchos chiringuitos llaniscos, pero un cambio en la legislación ha permitido que sigan existiendo y con más fuerza aún, ya que con ese nuevo decreto no quedan obligados a desmontar las instalaciones una vez que pase el verano.

Esos cambios han contentado a los bares de playa, pero aún queda mucha leña por cortar. En muchos casos, los propietarios de estos negocios consideran que esas mejoras en la normativa deben venir acompañadas de más actuaciones en las propias playas, para que los beneficios lleguen en ambas partes.

Pese a que las nubes eran la tónica general de ayer, fueron muchos los que se acercaron hasta la playa de Borizu para pasar el día, jugar a las palas, darse un chapuzón o descansar tomando un refresco mirando al mar. En el chiringuito de Andrea Lucía Silva se despachan a destajo, y eso es bueno. «Estamos encantados con la nueva normativa, era esencial. Eso nos ha permitido ampliar el local, pasar de 20 metros cuadrados a 45, que se necesitaba porque no teníamos espacio para meter más cámaras refrigerantes», explicaba uno de los empleados. Con eso están «satisfechos», pero son conscientes de que algunos añadidos ayudarían, «como la colocación de alguna máquina expendedora o una carpa techada para los días que no haga demasiado buen tiempo. Pero de momento estamos bien, contentos. En el Ayuntamiento y en la consejería hemos recibido muy buen trato», añaden.

En el Xiglu, situado a pie de playa de Barro, llevan varias jornadas a pleno rendimiento, aunque aseguran que «todo depende del tiempo que haga». «Sí nos beneficia el poder abrir no solo en verano, pero el clima y el sol en este sentido juegan un papel fundamental», dice Víctor Rodríguez. Por eso muchas de las mesas de este chiringuito se encuentran bajo techo «y no estaría mal cubrir otras zonas», pero el resto «está bien, incluso el aparcamiento», destaca. Sin embargo, este empresario sí demanda la colocación de unas duchas «porque son muchos metros de playa para los servicios que hay y con la cantidad de gente que viene a la playa de Barro, no estaría de más», insiste Rodríguez.

Desde hace siete años, Cuevas del Mar, en Nueva, está acompañada de un bar playero que comparte el mismo nombre. «Estamos en un entorno privilegiado, pero creo que deben acordarse de este arenal para que luzca como se merece», indica Alberto Palacios. Se refiere a que los últimos temporales se han cebado con varias playas de Llanes, entre ellas ésta y por ello urgen «que se realice la actuación prometida por Costas». «Muchos clientes, sobre todo el turismo familiar, nos cuentan que es peligroso para los niños porque hay gran cantidad de piedras. No pedimos que las quiten todas, porque las ha traído la propia naturaleza, pero sí debería habilitarse una zona especial para el baño», subraya Palacios.

Otros de los problemas con los que se encuentran son el aparcamiento, la falta de baños públicos y la distancia a la que se encuentra el contenedor de basura más cercano. «Tenemos que desplazarnos dos kilómetros y medio para dejar la basura y eso se solucionaría colocando uno más cerca del chiringuito. Esta playa es brutal, diferente, única, pero hay que cuidarla», dice este hostelero.

La misma problemática se encuentra la propietaria de uno de los chiringuitos de San Antolín, conocido como La Playa. «Desde hace 50 años no hubo mejoras de ningún tipo en este arenal. Los únicos baños que hay son los del bar, el aparcamiento está fatal y tenemos que cargar con la basura un buen cacho y es una faena porque somos todo mujeres, pesa mucho y hasta llegar al contenedor, que está pasando el puente por donde bajan los coches, hay una distancia considerable. El otro día por el peso se nos derramó todo de camino», critica.

Estacas en los terrenos

Una carpa desmontable es la principal necesidad de Silverio Sánchez para su chiringuito de la playa de Andrín, El Castru. En el local que fundaron sus abuelos hace la friolera de 46 años, y que hoy regenta él, es un lujo comerse unos langostinos con unas vistas tan privilegiadas como esas, pero claro, «eso cuando hace buen tiempo, porque cuando no es así, la gente marcha porque no hay donde atecharse».

Por eso mismo solicitó ya en el mes de abril a Costas y a la Consejería el permiso «pero aún no he recibido respuesta y si sigue así puede que no pueda abrir el negocio, porque depende del tiempo que haga». Además, se muestra crítico con el acceso hasta el local. «Es una carretera muy estrecha y entiendo que los propietarios de los terrenos no quieran que se aparque, pero es que con las estacas que hay colocadas no pueden apartarse los coches para dejarse pasar unos a otros, y en el caso de que hubiese un accidente, ¿cómo pasaría la ambulancia? No puede», lamenta.

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