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Las mozas entonan los cantares del ofrecimiento del ramo.
Boquerizo entona las vetustas coplas del ramo

Boquerizo entona las vetustas coplas del ramo

El pueblo ribadedense celebró La Sacramental con hoguera, tonada, parrillada, pasacalles, misa, procesión y subasta de los panes

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Domingo, 5 de julio 2015, 00:36

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En una mañana soleada la localidad ribadedense de Boquerizo celebraba ayer el día grande de La Sacramental. Los festejos habían comenzado en la víspera con la plantación de la hoguera y a continuación los lugareños y turistas participaron en una parrillada gratuita. También se celebró un festival de canción asturiana con presencia de los interpretes Ismael Tomás, Lorena Corripio, Cristina Sánchez y Esteban Verdeja, quienes estuvieron acompañados a la gaita por Jesús Noriega 'Chuchi', gaitero de San Roque del Acebal.

La fiesta de ayer se iniciaba con un pasacalles a cargo del gaitero Jesús Noriega y el tamboritero langreano Juan Pablo Santos. Superado el mediodía, los vecinos se acercaron hasta la Casa de Concejo para que cuatro hombres: Carlos Ibáñez, Juan Riestra, Álvaro Gutiérrez y Juan Carlos Ortega, se echaran al hombro un artístico ramo repleto de pan artesanal.

En el pórtico de la iglesia parroquial, las aldeanas, acompañadas en el toque del tambor por el entusiasta llanisco Javier Rozada, entonaron las coplas del ofrecimiento del ramo, una joya de ancestrales cantares que se recuperaban hace una década tras haber permanecido a salvo durante 150 años en el interior de una lata de dulce de membrillo.

Seguidamente se celebró la eucaristía que fue oficiada por el sacerdote Amador Galán, párroco de Ribadedeva, y cantada por el coro de Ribadedeva, dirigido por Asun Gutiérrez Gamo. Tras la misa, se formó una concurrida procesión por una carretera que discurre en las cercanías del templo.

Seguidamente tuvo lugar la subasta de los panes del ramo y una sesión vermú amenizada por el cantante Miguel Cossío, quien se encontraba acompañado por el mariachi Hispanoamérica.

Superadas las tres de la tarde se daban por concluidos los festejos matinales y los presentes pasaron a reunirse en comidas familiares y amistad, con el fin de reponer fuerzas para participar en la verbena nocturna que pondría el broche de oro a La Sacramental de Boquerizo.

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