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Los palistas salieron en sus canoas de forma escalonada y recorrieron 13 kilómetros del Sella.
La solidaridad fluye por el Sella

La solidaridad fluye por el Sella

El segundo descenso benéfico del río a favor de Unicef logró recaudar 2.000 euros que irán destinados a proyectos infantiles en Nepal

SHEILA VACA

Lunes, 6 de julio 2015, 00:37

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Pese a que el tiempo amenazaba con aguar la jornada, finalmente nada fue un impedimento para que decenas de personas surcasen el Sella por una buena causa. La segunda edición del descenso solidario a favor de Unicef y organizado por la empresa Astur Aventura fue todo un éxito. Más de un centenar de almas caritativas recorrieron 13 kilómetros a golpe de remo durante aproximadamente cuatro horas para contribuir a la creación y equipamiento de escuelas en Nepal, un proyecto con programas de lucha por la supervivencia infantil en el que se está volcando la organización benéfica.

El positivismo reinó durante todo el día. Muchos de los participantes ya se habían inscrito con anterioridad para este descenso, siendo conscientes de sus tintes solidarios, pero lo sorprendente es que todas las personas que se acercaron ayer hasta Astur Aventura para montarse en las canoas, también aportaron su grano de arena sin saberlo. «El cien por cien de las inscripciones de la jornada, aunque se hayan apuntado en los hoteles o por otras vías, será donado íntegramente a Unicef. Todo lo que se saque será para ellos. Los que no sabían que había esto se alegran doblemente de participar en esta pequeña aventura», indicaba orgulloso el gerente de la empresa, Adrián Díaz. El trabajo de ayer «mereció la pena» y con él consiguieron recaudarse unos 2.000 euros.

Hasta Arriondas se desplazaron palistas de varias comunidades autónomas. Para algunos, la mayoría, era la primera vez que se enfrentaban al Sella, otros, sin embargo, conocían bien este ritual, como la pequeña Viviana Montalvo que tenia claro que esa bajada era especial «porque voy a ayudar a los niños más necesitados», decía antes de emprender la marcha fluvial. Dominaba el ambiente familiar, clave dentro del objetivo con el que nace esta actividad, a la que le quedan muchos años de vida. Adrián Díaz afirmaba que el primer domingo de julio esta cita solidaria queda anclada en el calendario.

Minutos antes de lanzarse a remar, los participantes recibieron una pequeña clase de piragüismo para hacerse al medio. Con la lección bien aprendida comenzaba la misión. Las canoas salieron de forma escalonada pero con el mismo nivel de ilusión porque además de ayudar a pudieron disfrutar de uno de los ríos con más encanto de la geografía asturiana. «Es una actividad estupenda para contribuir con la causa que además fomenta el deporte», comentaba el tesorero de Unicef, Tomás Peláez con el remo en la mano. No faltó tampoco el presidente de la organización en el Principado, Ángel Naval, que se mostró en todo momento pletórico con el éxito de la iniciativa, y el alcalde de Parres, Emilio García Longo y el concejal Juan Antonio Pérez Rodríguez.

Una vez que alcanzaron la meta y por su generosidad con los más desfavorecidos, todos los participantes en el descenso sellero recibieron una camiseta conmemorativa, un zumo y un detalle de Unicef como agradecimiento. Nada en comparación con lo que recibirán los niños destinatarios de las ayudas.

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