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GUILLERMO FERNÁNDEZ
Domingo, 26 de julio 2015, 01:35
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Las fiestas en honor a Santiago en Posada, para las que hace un mes ni siquiera había comisión, celebraban ayer el día grande y superaban todas las expectativas. A primeras horas de la mañana, la banda de gaitas L' Alloru, bajo la batuta de Julián Herrero, recorría todos los rincones de la villa en animados pasacalles. A mediodía, desde la mansión Villa Pilar, se ponía en marcha una concurrida procesión camino a la iglesia parroquial.
De la comitiva formaban parte la banda de gaitas, tres ramos de pan dulce y artesanal, más de un centenar de mozas ataviadas de llanisca, decenas de hombres enfundados en el traje de porruano, los estandartes de las cofradías del Carmen y el Corazón de Jesús, la andas con la imponente imagen de Santiago, los sacerdotes y el mariachi Estampas de México, llegado desde los estados de Puebla e Hidalgo y dirigido por Humberto Velasques.
De oficiar la misa se encargó el párroco, José París, quien estuvo asistido por otros tres sacerdotes: Ángel Obeso, Mario Finati y José Salomón. Tras la función religiosa, en la plaza de Parres Piñera, tuvo lugar un festival folclórico en el que niños y mayores bailaban el Trepeletré, la jotina Asturiana, las jotas de Leitariegos, Cadavedo y el Cuera, la danza del Señor San Pedro, el Fandango de Pendueles, el Xiringüelu de Naves y el Pericote.
El mariachi Estampa de México, integrado por tres violines, dos trompetas, una vihuela, una guitarra y un guitarrón, ofreció un selecto concierto del que formaban parte las piezas más conocidas del folclore musical mexicano.
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