Tito Bustillo abre sus puertas tras la inundación

Tras el cierre provisional del pasado jueves por inundación, a las diez y cuarto de la mañana de ayer abría de nuevo sus puertas y fiel a su cita con los visitantes la cueva de Tito Bustillo. Y es que la crecida del río San Miguel duró mucho menos de lo esperado, alrededor de doce horas. Los guardas y guías de la caverna paleolítica pudieron acceder a su interior a última hora de la tarde del mismo jueves para proceder a la limpieza y revisión de las balizas eléctricas. Esos trabajos de mantenimiento concluyeron a primera hora de la mañana de ayer y la cueva pudo retomar el ritmo de visitas turísticas.

Las torrenciales lluvias acontecidas durante la madrugada del mismo jueves derivaron en la suspensión de las visitas. Alfonso Millara, guía de la cueva riosellana, ya explicaba al inicio de la temporada que durante el cierre había habido inundaciones, algo que no es del todo negativo para esta cavidad ya que influye en la permanencia de su nivel de humedad.

Las aguas del río San Miguel, afluente del Sella que atraviesa la caverna paleolítica, impiden el acceso a su interior al desbordarse. En esta última ocasión, ni los guardas de la cueva pudieron entrar a su interior para tomar datos de los niveles de inundación y comprobar si se han producido daños en la instalación eléctrica.

Es la propia corriente la que les impide abrir los portones instalados en el túnel de acceso. La cueva riosellana iniciaba la nueva temporada turística el 16 de marzo pasado y quince días después ha tenido que anunciar este cierre provisional.

La última vez que la cueva de Tito Bustillo estuvo cerrada al público por estos mismos motivos fue en 2013. Aquel año se clausuró el acceso a la cavidad hasta en dos ocasiones.