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Los participantes en la platación de ayer en Mián, Amieva.
Nuevos tejos de origen milenario

Nuevos tejos de origen milenario

Un grupo abierto de amigos y montañeros se dedica a repoblar la comarca oriental

ALBA S. RANCAÑO

Lunes, 2 de mayo 2016, 00:54

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«Si eres capaz de cultivar un tejo, serás capaz de hacer muchas cosas», ese es el lema que ha impulsado a un grupo abierto de amigos y montañeros a plantar tejos (taxus) en los diferentes municipios de la comarca oriental del Principado. Todo ello capitaneado por Covadonga García Álvarez, natural de la localidad amievana de Sames.

En el día de ayer y como inauguración le tocó el turno al barrio de Mián, en este mismo pueblo. Su iglesia y cementerio cuentan ya con unos ejemplares hijos del ilustre Monumento Natural 'Tejo de Bermiego' de Quirós, renombrado como uno de los más longevos de toda Europa que aún se conservan. Estos lugares elegidos para su plantación tradicionalmente representaban la vida y muerte, pero algo menos religiosa es la función práctica, como resaltan muchos: con su follaje tupido y perenne protege del viento los tejados de los edificios, proporciona sombra y un microclima de salud. También se creía que el perpetuo verdor «simbolizaba la inmortalidad del alma». Algunos ancianos de diferentes lugares cuentan cómo plantaron alguno de críos y mucha gente se burlaba de ellos por su corto crecimiento, a lo que contestaban «sombra me dará cuando sea vieyu».

Este grupo se puso en contacto con el Ayuntamiento de Amieva, que les regaló 45 plantones comprados en Madrid, criados con todo el mimo por los 'Amigos del Tejo' y con genética de esta zona. «Para el Consistorio fueron bastante accesibles, sesenta euros», comentaba García, «pero es una gran ayuda para todos».

El resto de los plantones no utilizados fueron regalados a los niños asistentes para que descubrieran la paciencia con la se debe llevar a cabo su cultivo, ya que es de crecimiento muy lento. Con esta singularidad de crecimiento se espera despertar en los más pequeños la necesidad de cuidar la naturaleza e ir concienciándose de que «se pueden conseguir cosas si se tiene paciencia y atención».

Lo que desde un principio motivó la fundación de este grupo fue la idea de compartir experiencias entre adultos y niños y, qué mejor manera de conocer diferentes lugares de nuestra geografía, así como contribuir a la educación medioambiental infantil. Tan sólo tener niños a tu cargo es suficiente para sumarte a dicha iniciativa, que «está abierta a todo el que quiera participar», remarcaba García.

Desde el principio a los presentes se les explicó el por qué de escoger este árbol simbólico desde tiempos inmemoriales y venerado por muchos. En la actualidad, como curiosidad, se señaló que un tejo en Escocia es el ser vivo más antiguo de toda Europa, con más de 2.000 años de historia. También se relató la utilidad de su conocimiento para los más pequeños, puesto que son muchos los detractores de los tejos por leyendas antiguas que los tachan de «venenosos». Es cierta su toxicidad, pero conociéndola se descubre la cantidad de cualidades curativas que tiene para la medicina actual. Y, se hecho, ese fue uno de los puntos más señalados en el día de ayer.

Dada su longevidad ya los celtas veneraban su importancia, es sabido y aún conservado en algunos lugares cómo a su sombra se celebraban los concejos, era utilizado como lugar de reunión o como demarcación fronteriza. Han sido y serán testigos del mundo.

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