El Museo Arqueológico se hará cargo de la pieza hallada en una cueva de Cabrales
La Consejería de Cultura avanza que el centro ovetense custodiará el punzón de 4.000 años encontrado en la Jerra del Teyeru
ANDREA INGUANZO
Viernes, 20 de mayo 2016, 00:31
El Museo Arqueológico de Asturias se hará cargo del punzón hallado en la cueva conocida como la Jerra el Teyeru, localizada en el pueblo cabraliego de Arangas. El catedrático de la Universidad de Cantabria Pablo Arias, uno de los expertos que pudo analizar la pieza de primera mano, ya adelantaba al desvelar la noticia que la intención de los tres jóvenes descubridores era la de que pasase a formar parte de la colección de este espacio museístico y parece que desde allí se acepta el ofrecimiento. Así lo confirmaban ayer fuentes de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias que, por el momento, aunque poco más se sabe por el momento del futuro de este punzón de la Edad de Bronce. Y es que el Ayuntamiento de Cabrales planteaba esta misma semana la posibilidad de poder mostrar la herramienta, al menos durante unas semanas al año, en el propio concejo. En concreto en el museo de la Casa Bárcena, donde ya existe una réplica de la cueva de la Covaciella. Cuestiones como esta serán estudiadas en próximas fechas. También quedan por conocer los resultados que arrojen los análisis a los que está siendo sometido el propio punzón, del que hasta el momento se ha podido determinar que tendría unos 4.000 años de antigüedad.
Pieza interesante
La historia de este descubrimiento es curiosa, porque surgió como una aventura entre amigos. «Se trata de una cueva que no era conocida. La encontraron tres vecinos, Francisco José Gutiérrez Díaz, Basilio Fernández Gutiérrez y Álvaro Saiz Calvo. Está en un monte muy cerrado por la vegetación y no es fácil dar con ella», explicaba estos días Pablo Arias. En su interior, pero en la misma superficie, es donde apareció este objeto metálico que va a ser analizado en más detalle para determinar su importancia arqueológica.
Lo que se conoce de él es que es de cobre y se estima que pudo haber sido fabricado 2.000 años antes de Cristo, aproximadamente, correspondiendo así a los inicios de la Edad del Bronce. Según apuntó el catedrático cántabro, este hallazgo «tiene interés teniendo en cuenta que en Asturias no abundan los materiales metálicos» de aquella época.