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Los gigantes y demás seres mitológicos son uno de los alicientes de este mercado tradicional.
Un viaje al pasado en Porrúa

Un viaje al pasado en Porrúa

Mitología y tradición se dan la mano en una cita que cumple 22 ediciones y en la que participan todos los vecinos del pueblo

TERRY BASTERRA

Domingo, 28 de agosto 2016, 01:16

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Adentrarse en el Mercáu de Porrúa supone una experiencia, un viaje al pasado en el que la diversión está garantizada de la mano de personajes mitológicos como gigantes, faunos, un jorobado que no para de orinar al que se le acerca y tampoco falta alguna que otra. Algunos niños pequeños se asustan al verlos mientras sus padres no pueden evitar que se les escape una sonrisa al ver la reacción de sus hijos.

Pero el Mercáu de Porrúa es mucho más que mitología. Es tradición. Algo que se percibe ya solo al acercase a este recinto perfectamente caracterizado. Todas las personas que atienden los más de cien puestos de artesanía y gastronomía están ataviados con ropajes antiguos, algo que sin duda ayuda al visitante a adentrase en esa atmósfera mágica que desde hace 22 años consiguen crear los porruanos en esta cita que hoy vivirá la segunda de sus dos jornadas y a la que asisten cada año miles de personas.

Y es que uno de los puntos fuertes de este mercado tradicional son los vecinos. Todo el pueblo colabora para que el Mercáu tenga éxito. Es como una máquina perfectamente engrasada, y prueba de ellos es que los diferentes artesanos repiten cada año -hay lista de espera para poder instalarse- y ellos mismos lo consideran uno de los mercados tradicionales más importantes de Asturias -si no el que más- en cuanto a calidad organizativa y asistencia de público.

Un ejemplo de que todos los porruanos se involucran en esta cita son los primos Sergio Pérez y Pablo Ramos. Estos ganaderos han dejado por unas horas su actividad en el campo para recrear en uno de los puestos el modo de vida tradicional de los pastores asturianos en una cabaña. Otra muestra es Antonio Pérez Noriega, aunque todos le conocen como 'Tonín' de la Calle. Entre sus cometidos está el de atender el puesto donde se vendía sidra dulce y aquello, como apunta con humor, más que una barra parecía «una guardería» de todos los niños que hay a uno y otro lado del mostrador.

Para el museo y la asociación

«Podremos llevarnos mejor o peor pero para el Mercáu nos juntamos todos. El dinero que sacamos es para el museo y la asociación cultural Llacín. Es muchísimo trabajo pero participamos todo el pueblo, incluso hasta gente de fuera que pasa los veranos aquí», explicaba ayer.

Los trabajos del montaje de esta cita comienzan casi una semana antes y el desmontaje se prolongarán hasta el martes. Se ponen a la venta 1.800 kilos de costillas, 600 de chorizos criollos y cientos de cajas de sidra, indica Olaya Romano, presidenta de la asociación cultural Llacín.

En Porrúa este fin de semana también es posible contemplar cómo se trabaja en algunos oficios tradicionales, caso del de herrero. De ello se encarga Thomas Mink, un alemán residente en Madrid pero llanisco de corazón y que veraneaba de joven en Celorio. De hecho hace ya unos cuantos años llegó a ayudar en el Mercáu detrás de la barra. Y es que Thomas, antes de ser herrero, trabajaba de comercial en el sector militar y químico. «Me cansé y le dije a mi mujer que quería dedicarme a otra cosa. Siempre me gustó trabajar con las manos y decidí ser herrero. Tengo la suerte de ser profesional de ello. Desde hace 8 años enciendo la fragua todos los días y hace cuatro que vengo al Mercáu de Porrúa», manifestaba ayer Mink, quien destacó la «excelente organización» de este mercado que «lleva muchos años y está totalmente consolidado».

Uno de los artesanos que selecciona los eventos a los que acude es Roberto Rubio. Trabaja la madera y lo que mejor se vende en estas citas son las madreñas, aunque más las de recuerdo que para caminar. «Por mi experiencia no son muchos los que gastan más de 25 euros en un artículo, así que ya no suelo traer piezas muy trabajadas porque en estas citas no se suelen comprar», explica Rubio, quien acude desde hace años a Porrúa, uno de los únicos tres mercados tradiciones en los que va a estar presente este año.

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